En el escenario político actual, la lucha por el 2028 parece entrelazarse peligrosamente con el 2024, desatando una posible doble traición que podría cambiar el rumbo del Partido Revolucionario Moderno PRM. La impactante demostración de fuerza de David Collado, respaldada por el derecho de realizar eventos multitudinarios, envía un mensaje claro que resuena en la aspiración de la alcaldesa Carolina Mejía.
Sin embargo, la paradoja se presenta cuando se percibe que ambos, David y Carolina, comparten la misma meta: la candidatura presidencial del PRM en 2028 y el deseo de ser el heredero del actual presidente, Luis Abinader. La aparente confrontación entre ellos plantea interrogantes sobre el futuro político y la reelección del presidente Abinader.
La estrategia política de David Collado parece emular la táctica aplicada a Roberto Salcedo en 2016, cuando grupos de poder de Danilo Medina se aliaron para derrotar a Roberto, abriendo el camino a David como alcalde. La diferencia crucial radica en que, en aquel momento, el arquitecto de esa jugada política era Hipólito Mejía, quien ahora busca impulsar a su hija Carolina hacia el proyecto presidencial.
La incógnita persiste: ¿David Collado podrá manejar su ambición política sin sacrificar la unidad interna del partido y, a su vez, evitar un golpe letal para la aspiración presidencial de Carolina Mejía? La respuesta se revelará a partir de febrero, momento clave para definir el rumbo político y el poder de David Collado en este intrigante juego de ajedrez político.
Por Francisco Tavárez
