Por Francisco Tavárez (El demócrata)
Estamos a pocos días de las elecciones en nuestro país y, al hacer una retrospectiva de lo que ha representado este proceso electoral, me atrevo a resumirlo en una sola palabra: evolución. Aunque este proceso ha reafirmado los retos que aún tenemos pendientes, también es cierto que hemos constatado distintos avances. A nuestro juicio, esta ha sido una de las campañas electorales menos beligerantes y violentas en términos de incidentes entre simpatizantes.
Por primera vez, tuvimos debates en distintos niveles, con la particularidad de presenciar los argumentos, réplicas e intercambio de ideas entre un presidente, un expresidente y un ex síndico. Las mujeres tuvieron su espacio por méritos propios y, por primera vez, las candidatas a la vicepresidencia tuvieron la oportunidad de expresarse y debatir plenamente. Los distintos candidatos a la diputación y senaduría también participaron, en un ejercicio donde ganó la democracia dominicana y la aspiración de cientos de votantes de ver a sus candidatos atreverse a ser cuestionados y confrontados.
Un proceso electoral marcado por la crisis en Haití en su máxima expresión, convirtiéndose, a diferencia de otros años, en uno de los temas más destacados en las promesas de campaña. Esta crisis haitiana llevó, durante esta campaña, a que los distintos candidatos presidenciales coincidieran en la idea de que es un tema que concierne al país, frente a los constantes ataques de los organismos internacionales. Me atrevo a decir que este ha sido un proceso electoral sin sobresaltos, con una Junta Central Electoral que ha tenido como principal objetivo evitar convertir este proceso en un ensayo y error, como ha sucedido en otras ocasiones.
Sin duda, este proceso también ha dado lugar a propuestas diversas, no solo de los distintos candidatos, sino también de otros actores de la sociedad. Un ejemplo de ello es el Pacto por los Animales, organizado por la Federación Dominicana por los Derechos de los Animales (Fedda), respaldado por el periódico Listín Diario y su director. Este pacto se fundamenta en tres pilares indispensables para la protección de los animales en nuestro país:
1) modificación de la Ley 248-12 sobre protección animal y tenencia responsable;
2) creación de clínicas veterinarias municipales;
3) construcción de centros de adopción y rescate, entre otros puntos.
Este pacto ha sido firmado por los distintos candidatos presidenciales, quienes han asumido el compromiso de impulsar estas medidas.
Para aquellas promesas de campaña, como frenar la inmigración ilegal de haitianos, aumentar la inversión en salud, promover la transparencia y tomar medidas enérgicas para proteger el medio ambiente, entre otras tantas mencionadas en los discursos de los candidatos, es necesario exigir resultados sin importar los colores partidarios.
Me atrevo a afirmar que quienes califican este proceso electoral de «aburrido» ignoran que estamos ante una campaña donde la madurez ciudadana y política han sido protagonistas. Que esta evolución electoral se traduzca aún más en la exigencia social como contrapeso a nuestros políticos y funcionarios. Seamos fiscalizadores de las promesas anunciadas y pasemos a un nivel de mayor involucramiento ciudadano más allá de nuestro voto este próximo 19 de mayo.
