Editorial Por Francisco Tavárez:
El gasto público destinado a las alcaldías debería ser una herramienta poderosa para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. Sin embargo, en el Gran Santo Domingo, este gasto parece ser una carga inútil cuando ni siquiera se puede resolver lo más básico: el manejo de la basura. Con un presupuesto total cercano a los nueve mil millones de pesos, distribuidos entre los principales ayuntamientos del Distrito Nacional, Santo Domingo Norte, Este y Oeste, uno esperaría que las calles estuvieran limpias y los servicios de recolección de residuos funcionaran de manera eficiente. Pero la realidad es otra.
El Ayuntamiento del Distrito Nacional maneja un presupuesto de 4,442.5 millones de pesos, mientras que el Ayuntamiento Municipal de Santo Domingo Norte dispone de 1,366.8 millones. Santo Domingo Este cuenta con 2,255.4 millones, y Santo Domingo Oeste, con 1,008.9 millones. A pesar de estas sumas considerables, el problema de la basura sigue siendo una constante en nuestras calles, lo que plantea serias dudas sobre la eficacia en la gestión de estos recursos.
¿Qué mensaje envía esta situación a los ciudadanos cuando, año tras año, el problema de la basura persiste? La ineficiencia en el manejo de los residuos no solo refleja una mala administración, sino también una falta de compromiso con el bienestar de la población. La incapacidad de los ayuntamientos para cumplir con una de sus responsabilidades más básicas socava la confianza en las instituciones y perpetúa un ciclo de insatisfacción y frustración entre los habitantes de la capital.
Es inaceptable que, con presupuestos tan elevados, el problema de la basura siga siendo una realidad cotidiana.
