Por Francisco Tavárez:
La procuradora general de la República, doña Miriam Germán, ha manifestado que no consultó ni verbalmente ni por escrito al consultor jurídico del Poder Ejecutivo, Antoliano Peralta, sobre la reforma constitucional. Sin embargo, doña Miriam, ¿por qué no se pone de acuerdo? Usted había declarado en reiteradas ocasiones que después del 16 de agosto no permanecerá ni una hora más en su cargo. Pero el presidente Luis Abinader, en un gesto de confianza y respeto hacia su gestión, ha anunciado que le pedirá que continúe en el cargo.
Usted ha expresado que ya cumplió su ciclo. Pero ¿no cree que sería un cierre digno y valioso dejar un legado tan importante como la reforma constitucional? Esta reforma no solo tiene el potencial de transformar el país, sino que también ofrece una garantía histórica: el presidente Abinader ha manifestado su compromiso de no buscar la reelección, mientras propone mantener un transitorio que evitaría el regreso de figuras como Danilo Medina. Y más allá de la reelección, esta reforma plantea algo que hemos reclamado durante años: la independencia del Ministerio Público.
La reforma propuesta eliminaría la dependencia del procurador general de un decreto presidencial, otorgando al Ministerio Público la autonomía que tanto necesitamos. Esto es, sin lugar a dudas, un avance crucial para la justicia en nuestro país.
Doña Miriam, usted debería estar celebrando la posibilidad de despedirse dejando tras de sí un legado tan trascendental como la independencia del Ministerio Público. Este es el tipo de reforma que puede cambiar el rumbo de la nación, y su respaldo sería una señal inequívoca de que está comprometida con el bienestar y el progreso de la República Dominicana.
Además, la reforma también propone una reducción en la cantidad de diputados y senadores, una medida que, históricamente, hemos apoyado como necesaria para un sistema político más eficiente y menos costoso. ¿No es esto lo que siempre hemos demandado?
