El sistema inmunológico de las personas con sobrepeso es mucho mas débil que el de las personas que no tienen problemas de obesidad. Por eso, el sobrepeso es una de las condiciones que juega en contra de los pacientes de coronavirus, pues estos individuos son más propensos a desarrollar síntomas más graves de la enfermedad, según indica el Centro de Control de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos.
Por ello, cabe preguntarse si las personas con sobrepeso pueden tener la misma protección contra el coronavirus una vez vacunadas. Aún no hay estudios concluyentes, pero la obesidad es asociada comúnmente con una disfunción inmunológica que afecta especialmente la respuesta de las células T, que son un tipo de glóbulos blancos que se encargan de eliminar las células del organismo que ya han sido afectadas por la enfermedad.
Otra línea de defensa de nuestro cuerpo son los macrófagos, que son glóbulos blancos que consumen las células muertas o a punto de morir, y dejan los antígenos que son partes de los gérmenes invasores en el cuerpo para estimular a los anticuerpos, que producen los linfocitos B, a que los ataquen.
Las vacunas funcionan enviando información genética del virus a nuestras células simulando una infección. Este simulacro de ataque viral creado por la vacuna, permite que las células defensoras de nuestro cuerpo identifiquen al virus y produzcan los anticuerpos necesarios en el caso de una infección real y lo combatan sin que la persona afectada desarrolle síntomas severos o fatales de la enfermedad.
Cuando una persona no vacunada se infecta de coronavirus, su cuerpo puede demorar días o semanas en desarrollar una respuesta immune para combatir el virus. Las vacunas ayudan a las células T a “recordar” rápidamente al virus en caso de contagio y combatirlo eficazmente.
El organismo de la persona vacunada necesita por lo menos dos semanas para generar la protección immune proporcionada por la vacuna.
Es pertinente indicar que en las personas obesas a veces existen condiciones como hipertensión o diabetes que reducen la fortaleza de su respuesta inmune, por ello expertos como Donna Ryan del Centro Pennington de Investigación Biomédica en Baton Rouge, Luisiana, y el epidemiólogo, Lin Xu de la Universidad Yat-Sen de China creen que el sobrepeso es un factor de preocupación al momento de medir la efectividad de las vacunas.
Existe una diferencia entre eficacia y efectividad cuando se habla de las vacunas. La eficacia se refiere a un estudio que se realiza en condiciones ideales como las que hay en un ensayo clínico, mientras que la efectividad es cuando ese mismo estudio se realiza en condiciones menos controladas como por ejemplo en una población en condiciones ambientales típicas.
La obesidad es considerada una enfermedad inflamatoria del tejido adiposo y que afecta la producción de anticuerpos, tan necesarios en la respuesta inmune del organismo. El sobrepeso afecta el metabolismo del cuerpo y esto interfiere en los procesos químicos que suceden a nivel celular en la respuesta del cuerpo ante las enfermedades.
La relación entre la pandemia del coronavirus y la obesidad es de vital importancia cuando se habla de la necesidad de vacunar a la mayor cantidad de personas en el mundo.
La comunidad médica recomienda que todos los individuos se vacunen sin importar su peso, edad o condiciones médicas preexistentes. Si bien existe la posibilidad de que las personas obesas no respondan tan eficazmente a las vacunas, tampoco es un hecho que no queden protegidas en algún porcentaje una vez vacunadas.
Por: José Andrau,
Desde Míami, Fl. para el Demócrata
