Un fenómeno con matices prehistóricos se ha surcado en el firmamento de la desigualdad sociedad y nos referimos a los movimientos migratorios en masa. Decimos que tiene matices prehistóricos por el hecho de que así migraban las sociedades primigenias, en grupos mas o menos extensos en busca de alimentos.
En América Latina, hace apenas tres años, fuimos testigos de un evento parecido, las migraciones en masa desde Centroamérica hacia la frontera de Estados Unidos con México. Las Naciones Unidas cifraron en unas siete mil personas que emprendieron un camino sin posibilidad ni esperanza de llegar a la tierra prometida, pero lo hicieron asidos a un gélido optimismo.
La historia está llena de ejemplos migratorios en busca de mejorar la calidad de vida de sus familias. En República Dominicana tenemos un fenómeno parecido con nuestros vecinos de Haití, pero lo propio hacemos nosotros hacia la vecina isla de Puerto Rico, de hecho, recientemente, se hizo viral un video donde migrantes dominicanos llegaban a las playas de Puerto Rico, corriendo una suerte parecida que el caso que analizamos en este momento.
Aproximadamente seis mil migrantes llegaron al Ceuta en España procedente de Marruecos, un lugar que, por su cercanía y la condición socioeconómica en que viven, miran al país europeo como la salida para mejorar sus condiciones de vida y este es un hecho que no nos es indiferente en República Dominicana y el Caribe por las razones que expusimos más arriba.
Un despliegue de militares en tanques del ejército español blindados de infantería han seguido a todo lo largo de la costa a este nutrido grupo de migrantes, en su mayoría menores de edad y familias completas que ingresaron ilegalmente desde el enclave al norte de África.
La Unión Europea le está haciendo exigencias de colaboración a Marruecos, estamos hablando de un grupo muy grande, inusualmente numeroso, seis mil marroquíes, muchos de ellos menores de edad que han utilizado el Ceuta para penetrar al territorio español.
Esta es una realidad que es parte de los fenómenos convertidos en tendencia de cómo la pobreza, la desigualdad pone en riesgo la misma sobrevivencia de estos seres humanos, los llevan a exponer sus vidas desafiando corrientes marinas, aguas profundas, para luego, si logran llegar con vida, enfrentarse a ejércitos que les persiguen hasta capturarlos y deportarlos con el riesgo de perder todo el dinero que invirtieron.
Una multitud de personas han salido corriendo mostrando sus pulgares hacia arriba en imágenes que los diarios nacionales en España e internacionales han comenzado a mostrar, sin embargo, este elevado número que incluía mil quinientos menores de edad, así lo ha dicho el portavoz del gobierno español, fue seguido rápidamente por el anuncio de las autoridades españolas que aumentarían el dispositivo de seguridad en toda la zona.
Según la ONU Marruecos tiene un porcentaje de migración moderado, pues el 8,6% lo hace y de ellos el 22,70% lo hace hacia España. De este porcentaje el 52.51% son hombres y el 47,48% son mujeres.
España va a actuar con la cabeza fría, así lo ha dicho la ministra de asuntos exteriores en una entrevista añadiendo que las autoridades ya habían empezado a enviar a las personas de vuelta a Marruecos.
Sin lugar a dudas un trauma bastante penoso que contrasta incluso la línea de debate de autodeterminación que le da la soberanía española a decidir quien entra y quien no a su territorio, pero también entra el tema de los derechos humanos por el trato que reciban estos migrantes por parte de la fuerza militar sin que España entre en conflicto con la comunidad internacional.
Por: Francisco Tavárez, el Demócrata
