Sigue Colombia en conflicto y ahora el paro nacional se ve complicado con unos grupos de civiles que disparan a la policía durante las protestas.
Andrés Escobar es la persona que mostraron vestido de civil disparando del lado de la policía a los manifestantes del Paro Nacional. Según él lo hizo como un sentimiento de solidaridad.
Supuestamente su objetivo era defender la propiedad de la comuna 22, una zona de clase alta en el sur de Cali. Esta zona es el epicentro de las protestas que sacuden al país hace más de un mes.
Hemos creado un grupo para el beneficio de la comuna 22, no con el objetivo de crear daño, sino de que se retiren los vándalos. Las imágenes de Escobar y otros civiles disparando a los manifestantes generaron indignación, suscitaron un llamado a la atención de la ONU. También recordaron el pasado traumático del paramilitarismo en Colombia, de los ejércitos ilegales contra insurgentes. Estos grupos, con la complicidad del Estado y a veces en alianza con el narcotráfico mataron más personas que cualquier otro grupo armado.
Parece que la nueva estrategia del presidente Iván Duque es exculpar a los policías con militares vestidos de civiles que agreden a los manifestantes. Nadie va a justificar ni apoyar a un gobierno que les quite la vida a los ciudadanos que con derecho o no están protestando. Es muy mala estrategia porque genera rechazo e indignación no solo en Colombia, sino en todo el mundo.
De fondo, lo que se le reclama es que se respete la vida en Colombia. Que se entienda que desde todo occidente, y de manera especial desde la República Dominicana, nos solidarizamos con el derecho a la protesta. Con el derecho a la vida y la obligación, la responsabilidad del gobierno de garantizar la paz. También de garantizar las reformas que toda la sociedad y el pueblo les está exigiendo, que revise de las políticas públicas que han fallado.
Nunca será suficiente ningún argumento para justificar los atropellos y el arrebato de la vida de tantos colombianos que han terminado heridos. Las tantas personas sumergidas en el dolor, el llanto y el quiebre de la paz en este hermano país suramericano.
Por: Francisco Tavárez, el Demócrata.
