Un grupo de dominicanos anunciaron una serie de protestas en contra de la construcción del canal de riego que construye Haití sobre el rio Dajabón.
Mani Solano, uno de los portavoces de la manifestación, aclaró que República Dominicana y Haití, no tienen derecho para desviar el curso del Masacre. Por igual, le advirtió que se preparen, porque eso que hacen es una declaración de guerra.
Desde el Demócrata le hemos dado seguimiento a este tema que ha generado desasosiego y desencanto colectivo en el país. Entendemos que esta reacción del pueblo se produce por la posición dubitativa del gobierno desde el inicio de este conflicto.
Ha pasado un tiempo prudente para lograr interpretar el consenso social de la mayoría de los dominicanos que se oponen a este mal precedente.
En un primer momento el presidente manifestó su oposición a la canalización del rio masacre. En un segundo momento hablaron de reuniones diplomáticas, en un tercer momento terminaron emitiendo una posición desacertada.
El Ministro de Relaciones Exteriores dijo, mediante un comunicado, que la construcción de este canal no afectaba al rio masacre en el lado dominicano.
Literalmente expresó que no se desviaba el rio y que Haití estaba en su derecho y esto generó un gran rechazo en las redes sociales.
La reacción de la sociedad hizo entender que el gobierno se había equivocado, lo que a su vez provocó la intervención del presidente Luis Abinader.
En sus palabras enunció que nunca se había autorizado a Haití a la construcción del canal, aunque Haití nunca se ha detenido.
En su momento predijimos que esto provocaría una reacción social porque en ambas naciones existe una herida permanente difícil de cicatrizar.
La historia se revive en cada hecho que se entiende amenazada la soberanía nuestra y esos reflejos se están comenzando a vislumbrar.
Es importante señalar que no se trata de una acción del pueblo de Dajabón, sino de una convocatoria nacional en Dajabón. Esto ha provocado todo un despliegue militar en la provincia fronteriza debido al riesgo que se enfrenta un evento de esta naturaleza.
El punto de encuentro sería el parque Duarte de Dajabón para defender lo que estos grupos nacionalistas entienden como una ofensa a nuestra soberanía.
Esto nos recuerda el conflicto que se produjo entre Estados Unidos y México por el mantenimiento del Río Grande como límite fronterizo de ambos países. Por esto firmaron un acuerdo en 1970 estableciendo que ningún país puede hacer nada sin el permiso del otro en cuanto al rio.
El artículo 4 de ese Tratado, establece que: cada país debe prohibir la construcción de estructuras en su territorio. Según la Comisión Internacional de Límites y Aguas tampoco, puedan causar desvío u obstrucción del flujo normal del río o de su flujo de inundación.
Y aún más, también dice que en caso de que se construyese el país debe compensar los daños causados por dicho ilegal desvío.
En 1929 nosotros firmamos con Haití un acuerdo parecido y se está violentando. Nuestro acuerdo fue primero que el de México y Estados Unidos, sin embargo ellos lo han cumplido ¿por qué no podemos cumplir el nuestro?
En caso de que Haití continúe entonces debería pagar una indemnización a nuestro país aunque esto no resuelve el problema.
Si el gobierno no tiene una determinación con este tema estas manifestaciones pacíficas se van a convertir en un repudio de todo el pueblo dominicano. El rechazo no será a Haití como ficción jurídica, sino a los haitianos como pueblo y ese es el conflicto que hay que evitar.
Por: Francisco Tavárez, el Demócrata.