Haití, como se sabe, es el país más pobre de la región y uno de los más pobres del hemisferio. Esto influye en que cualquier fenómeno natural que ocurra va a provocar desastres inimaginables. Su condición de pobreza no les permite tener infraestructuras sólidas y antisísmicas.
Siempre que ocurre algún hecho fatal en el vecino país muchas personas lo atribuyen como un castigo divino por creer en el Vudú. Es como si hubiera una guerra de dioses enfrentados en donde el dios de una religión castiga a los que no creen en él.
La manera en como la gente lo expresa es que deben buscar de Dios o eso es porque creen en brujería entre otras cosas. Ahora bien ¿tiene el Dios cristiano que ver con lo que crean otras personas? La respuesta es simplemente NO.
Pienso que el pensar de muchos cristianos tiene su raíz en lo expresado por un pastor protestante de Estados Unidos llamado Pat Robison en el 2010. Cuando ocurrió el terremoto ese pastor dijo que el problema de Haití estaba en sus creencias por creer en brujería y en el vudú.
Evidentemente hay un sentido de ignorancia y desconocimiento del elemento religioso en Haití. Desde hace mucho el vudú dejó de ser la religión predominante en Haití y pasó a serlo el cristianismo y el Islam. Desde hace, aproximadamente diez años en Haití hay una creciente comunidad musulmana que incluso tienen hasta programas de televisión y ascienden a unos 5 mil.
Yo supongo que quienes envían al pueblo haitiano a buscar de Dios quizás entienden que un terremoto solamente afecta a quienes «no buscan de Dios». Pero el Dios que ellos promueven es el cristiano pues lo que crean los musulmanes, judíos, budistas, etc., es pecado, brujería, y demás epítetos.
El problema principal de Haití es su pobreza y la exclusión a que han sido sometidos. Desde el primer día en que se atrevieron a independizarse siendo esclavos y Dios no tiene nada que ver con eso.
La naturaleza se rige por leyes propias por eso se habla de fenómenos naturales. Estos afectan más a los pobres porque son quienes viven en las peores condiciones. La pobreza es el resultado de relaciones injustas y de poca justicia distributiva de los sistemas políticos y económicos.
Basar en un castigo divino las desgracias de un país es una visión veterotestamentaria que ya debería ser superada por los cristianos.
No se puede pensar que un fenómeno natural es un castigo divino por la fe o no de un determinado conglomerado. De ser así también debemos pensar que ese fenómeno ataca a los pobres porque Dios tiene predilección por los ricos. Totalmente ilógico y contradictorio si predicamos un Dios que es amor y aborrece las injusticias.
Creo que les hace falta leer 1º de Reyes 19:11-13 donde se evidencia que Dios no está en los terremotos.
Sal fuera y ponte en el monte delante de Jehová. En ese momento pasaba Jehová, y un viento grande y poderoso rompía los montes y quebraba las peñas delante de Jehová. Pero Jehová no estaba en el viento. Tras el viento hubo un terremoto; pero Jehová no estaba en el terremoto. Tras el terremoto hubo un fuego; pero Jehová no estaba en el fuego. Y tras el fuego se escuchó un silbo apacible y delicado. Cuando Elías lo oyó, se cubrió el rostro con el manto, salió y se puso a la puerta de la cueva. Entonces le llegó una voz que le decía: ¿Qué haces aquí, Elías?
Entienda el que pueda.
Por: Francisco Tavárez, el Demócrata.