Advierten posibles intensos combates urbanos entre misión militar de la ONU y poderosas pandillas criminales en Haití

‘-Sugieren soldados bien entrenados y equipados, además de contar con información de inteligencia comunitaria para minimizar los daños a la población civil.

SANTO DOMINGO.– El envío de una misión militar internacional para enfrentar las peligrosas y poderosas pandillas criminales que controlan gran parte del territorio de Haití, deberá estar lo suficientemente entrenada y equipada para el combate en las ciudades urbanas del vecino país de la República Dominicana, así como contar con una estrategia bien definida de inteligencia para evitar daños mayores a la población civil.

Según lo planteado por la International Crisis Group (ICG) a través de un comunicado, entidad no gubernamental con sede en Bruselas, Bélgica, que trabaja por la resolución y prevención de conflictos en todo el mundo, la misión militar extranjera autorizada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para intervenir en la insegura y más pobre nación del hemisferio, deberá agenciarse antes fuentes de inteligencia de gran crédito a nivel del liderazgo comunitario para la identificación y efectiva persecución a los pandilleros, lo que contribuiría a minimizar las afectaciones en la ciudadanía que sufre de las acciones criminales de los grupos armados que actúan sin ser frenados por las autoridades de turno.

En el documento, al que Eldemócrata.do tuvo acceso, la entidad sugiere, además, que la intervención militar no tendrá el suficiente sentido si antes no se alcanza un acuerdo entre las principales fuerzas políticas haitianas que permita establecer significativas reformas institucionales en todos los órdenes para facilitar la convivencia social entre los diferentes actores y que perduren los logros alcanzados.

Se espera que Haití sea intervenido militarmente a principios de este año 2024 con el visto bueno de la ONU, con el fin de ayudar a la policía a luchar contra las pandillas que en los últimos años asedian a una población civil indefensa, le tumba el pulso al gobierno y a sus autoridades, y actúan a sus anchas en gran parte del territorio.

La misión militar multinacional que estará liderada por soldados de Kenia, con una estrategia diseñada y apoyada por los Estados Unidos, tendrá por objetivo «restablecer la seguridad» y permitir de una vez y por todas la posibilidad de que se puedan celebrar unas elecciones limpias y transparentes para escoger al nuevo gobierno y a los miembros del parlamento.

Sin embargo, la referida entidad recordó que, «a pesar de los problemas que otras intervenciones militares extranjeras han provocado» en la sufrida nación en intentos por detener la violencia que generan las bandas criminales, «la mayoría de los haitianos cree que sólo la llegada de fuerzas extranjeras podrá darles un respiro de la violencia que durante años ha trastornado sus vidas».

Bandas se fortalecen

El organismo precisó que la intervención militar en la empobrecida nación podría retrasarse en el tiempo debido a que aún falta completar algunos trámites legales en Kenia, además de que la misión enfrentará otros desafíos por el fortalecimiento de las bandas criminales a través de alianzas.

«Las alianzas entre pandillas cambian tanto que existe la posibilidad de que se constituyan en un poderoso frente armado que enfrente a la misión militar, a lo que se agregan las dificultades para proteger a los civiles en medio de una guerra urbana», según la entidad.

Destacó que el éxito a largo plazo de una intervención militar en Haití que garantice un progreso duradero dependerá fundamentalmente de que se rompan las relaciones entre las bandas criminales y las élites de poder económico, así como detener el tráfico de armas de fuego.

Expuso que la situación de inseguridad en el país, asediado por pandillas criminales que han consolidado su poder de maniobra en gran parte de las comunidades de la nación, con dominio de las principales estructuras, se salió del control de las autoridades tras el magnicidio del presidente Juvenel Moise en la madrugada del 7 de julio de 2021 cuando un grupo armado, en su mayoría colombianos, penetró a la vivienda del gobernante en momento en que éste dormía junto a su esposa, quien resultó herida en el ataque.

 

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