Sin categoría

Afganistán y el choque de civilizaciones

El tema central de la obra de Huntington es muy atrayente desde el inicio. «Las identidades culturales, que en su nivel más amplio son las civilizaciones, están configurando las pautas de cohesión, desintegración y conflicto en el mundo. Específicamente en el mundo de la posguerra fría».

A juicio del autor, los conflictos en el futuro no tendrán como principal causa raíces ideológicas o económicas, sino más bien culturales. «El choque entre las civilizaciones dominará la política a escala mundial; las líneas divisorias entre las civilizaciones serán los frentes de batalla del futuro».

Quizá es bueno aclarar que Huntington no es el creador de esta teoría que ha servido para analizar la relación del mundo musulmán y Occidente. El primer golpe en la batalla de ideas acerca de la inevitabilidad del choque de civilizaciones fue lanzado por Oswald Spengler. Lo hizo en su obra La decadencia de occidente publicada en 1918 al finalizar la primera guerra mundial. Spengler define la historia como civilizaciones, de hecho se refiera a ellas como culturas. Después de concluida la guerra Spengler entendía que la principal cultura en ese momento era la de Occidente. Los valores promovidos por ella traerían consecuencias en la manera de interpretación de las civilizaciones.

Las personas que hayan estado muy pendiente del conflicto terrorista entre el mundo Islámico y Estados Unidos observarán en qué se basa esta lucha. El esquema fundamental es que los musulmanes quieren librar a sus países del peligro de los valores de occidente. Ellos entienden que el propio Islam tiene una cosmovisión de la vida que es incompatible como lo que se promueve en la cultura occidental.

Estamos ante el florecimiento de un movimiento terrorista internacional que tiene dos objetivos primordiales. En primer lugar, los extremistas pretenden reconstruir el concepto de “califato”, un ente político que abarque las principales poblaciones musulmanas. Esto a través de la coalición del Medio Oriente, el Golfo Pérsico, Asia del Sur, Asia Central, Asia Oriental y parte del África. Con el fin último de crear lo que ellos llaman “un Estado Islámico”.

Y en segundo lugar los militantes desean provocar un choque de civilizaciones entre Occidente y un tipo particular de interpretación del Islam. Esta rechaza todo pluralismo y modernidad. El objetivo, es un auténtico choque, una explosión entre los valores occidentales y aquello que los extremistas sostienen son los verdaderos valores del Islam.

Por eso al asumir Afganistán los talibanes dejan establecido que no habrá una democracia porque eso no lo propone el Islam. Sin embargo han dicho que respetarán algunas ideas que Estados Unidos impuso como el permitir que las mujeres estudien y que trabajen.

Veremos hasta qué punto esto se permitirá como han prometido, aunque Estados Unidos quiso ir más allá de la apertura con las mujeres. Lo que realmente querían era instaurar una democracia como sistema de gobierno, cosa contra la que lucharon los talibanes en todos estos 20 años.

Esperemos porque aquí solo el tiempo dirá.

Por: Francisco Tavárez, el Demócrata.