En nuestro segmento marcas que hacen historia estuvimos conversando con José Miguel Soto Jiménez acerca de su nuevo libro El doctor. La entrevista pueden verla en nuestro canal de Youtube el Demócrata y una primera reseña en nuestro diario Más Allá de la Curva.
¿Cómo logra Balaguer ganarse la confianza del pueblo que tanto sufrió con Trujillo?
Hay un principio militar que dice que la apreciación de la situación es un ejercicio continuo, pero eso lo hace la minoría. El dominicano tiene memoria corta y luego está la impunidad.
Pero también están los que promueven el perdón como una manera de lograrlo después yo perdone para que tú me perdones.
¿Qué pensador conoce más al pueblo dominicana de Bosch y Balaguer?
Para mí Bosch es uno de los mejores sociólogos dominicanos, si no el mejor junto a Bonó y otros.
Después de Trujillo y Bosch sigue Balaguer como los decodificadores del alma del pueblo dominicana.
Bosch decodifica el alma nacional, pero de una forma más prístina a través del refranero, en la utopía, en lo irrealizable.
Como pensador político elijo a Balaguer porque tenía detrás el aval de la academia.
¿Cómo se puede explicar que teniendo de telón de fondo al Balaguer de los 12 años lo llamen padre de la Democracia?
Después de Trujillo y antes que Leonel Balaguer fue el político más constructor de este país. Con la figura que más se puede comparar a Balaguer es con Ovando, un hombre que encarnó varias matanzas de indígenas. Pero a su vez construyó la ciudad de Santo Domingo.
Balaguer tenía una guerra a muerte con el olvido y él sabía que a los hombres los recuerdan por las obras, pero también por las barbaridades. Y justamente por esas dos cosas se le recuerda.
Balaguer vivía en un mundo interior y cuando perdió la visión su mundo se volvió mucho más interior.
Él manipuló lo bueno, lo que el hombre agradece, y lo malo, lo que el hombre rechaza. Y él sabía que también por eso lo iban a recordar.
Lo importante de este libro es que la gente conozca al hombre político de cuyo éxito hay una responsabilidad colectiva. Una culpabilidad hasta de sus enemigos, de sus amigos y de los inertes.
¿Qué hubiese pensado el profesor Juan Bosch de haberse enterado que su discípulo Leonel Fernández elegiría a Balaguer en vez de a él?
Las cosas no siempre son como nosotros quisiéramos, sino como son. Cuando me hacen esa pregunta ¿se parecen Leonel Fernández y Balaguer? Mi respuesta es se parecen en Báez.
No solamente Leonel Fernández, el sistema político ha bebido de esa misma fuente. ¿De dónde es ese afán reeleccionista del político dominicano? viene de Trujillo y de Balaguer.
Balaguer es un referente peligroso porque hasta ensañándote contra su recuerdo lo estás reconociendo. Mientras más alaba a Balaguer más esencia le quitas al hombre político.
No estoy atribuyéndole dones especiales, ya dije que él es fruto de un largo aprendizaje. Balaguer es el personaje de una tragedia griega. Tú ves en Balaguer la herencia de Edipo rey que era ciegos.
Es como si Balaguer cambiara el éxito político por la tragedia personal.
¿Se pudiera decir que murió Balaguer, pero no el balaguerismo? No, él es como Trujillo. El trujillismo murió con Trujillo y el balaguerismo murió con Balaguer y ahí está lo grave porque él trabajó para eso.
Balaguer trabajó para como decían los seguidores de Horacio Vásquez ¡Horacio o que entre el mar. O como dijo una vez Trujillo después de mí la debacle.
El balaguerismo está ahí como referente igual que la historia.
Por: Francisco Tavárez, el Demócrata.