Leonardo Gil, Consultor en comunicacion politica y de Gobierno
La crisis multidimensional que atraviesa Haití ha alcanzado niveles alarmantes en lo que va de año y esto ha generando repercusiones significativas en la República Dominicana. La violencia generalizada, el colapso institucional y la crisis humanitaria en el país vecino han intensificado los flujos migratorios hacia territorio dominicano, con el crecimiento de una lucrativa industria de trafico de Haitianos, desafiando las capacidades de respuesta del gobierno y polarizando la opinión pública.
Desde el asesinato del presidente Jovenel Moïse en 2021, Haití ha experimentado un deterioro acelerado de su ya descalabrada institucionalidad. En 2024, las pandillas consolidaron su control sobre aproximadamente el 85% de Puerto Príncipe, paralizando servicios esenciales como salud, educación y transporte . La violencia ha provocado más de 5,800 muertes, más de un millón de desplazados y un aumento del 1.000% en los casos de violencia sexual infantil .
La dimisión del primer ministro Ariel Henry en marzo de 2024 y la creación del Consejo Presidencial de Transición no han logrado estabilizar el país. La destitución del primer ministro Garry Conille y la designación de Alix Didier Fils-Aimé en diciembre de 2024 reflejan la fragilidad política persistente .
Todos estos acontecimientos han aumentado significativamente la migracion irregular de Nacionales Haitianos hacia la República Dominicana, ante esa accion el gobierno ha intensificado sus políticas migratorias. En lo que va de 2025, se han deportado más de 119.000 haitianos, un incremento del 71% respecto al mismo período del año anterior . Estas acciones incluyen redadas en zonas muy pobladas de haitianos, en hospitales públicos y controles estrictos en la frontera, con el despliegue de cientos de soldados adicionales.
El presidente Luis Abinader ha defendido estas medidas como necesarias para preservar la seguridad nacional, afirmando que “la violencia que destruye a Haití no cruzará a la República Dominicana”.
La situación ha generado un intenso debate politico y social en la sociedad dominicana entre el consenso y la polarizacion. El presidente Abinader convocó a una reunión con los expresidentes Danilo Medina, Leonel Fernández e Hipólito Mejía para buscar un consenso nacional frente a la crisis haitiana . Leonel Fernández aceptó la invitación, pero advirtió que no será “vagón de cola” en el proceso, enfatizando la necesidad de un diálogo real y no de sumisión .
Mientras tanto, organizaciones como Amnistía Internacional han criticado las políticas migratorias dominicanas, señalando que exacerban la xenofobia y violan los derechos humanos de los migrantes haitianos .
La crisis haitiana representa un desafío complejo para la República Dominicana, que debe equilibrar la seguridad nacional con el respeto a los derechos humanos. La búsqueda de soluciones sostenibles requerirá cooperación internacional, diálogo político y un enfoque integral que aborde las causas profundas de la migración y la inestabilidad en Haití.