Por: Lauren Sepúlveda
SANTO DOMINGO.- En los últimos meses el país ha sido escenario de al menos cinco devastadores casos de violencia intrafamiliar, donde padres han terminado con la vida de sus hijos y, en otros casos, hijos han asesinado a sus progenitores.
Estos crímenes, conocidos como filicidio y parricidio, dejan una cicatriz en la sociedad dominicana, levantando inquietudes sobre el estado de la salud mental en el país.
El caso más reciente que ha consternado al país ocurrió en el sector Hainamosa, Santo Domingo Este, donde Ana Josefa García Cuello, una médico militar y primer teniente del Ejército de la República Dominicana, fue acusada de decapitar a su hija de seis años, Eliana Frías García. Un suceso estremecedor que se suma a otros casos similares registrados este año y que además reflejan una tendencia de violencia en del hogar.
Otros caso reciente sucedió el 12 de agosto, Génesis Lugo, de 25 años, se lanzó desde un cuarto piso junto a su hija de cinco años en Villa Mella, tras una lucha con la depresión.
Días antes, Edgar González, en un acto de presunta defensa propia, mató a su padre en Miches tras descubrirlo agrediendo a su madre.
Estos son solo algunos ejemplos de un problema mucho más profundo que parece estar enraizado en la falta de atención a la salud mental.
Un sistema de salud mental en crisis
La Organización Mundial de la Salud (OMS) reportó que en 2020, el 4.7% de la población dominicana padecía de trastornos depresivos y el 5.7% sufría de trastornos de ansiedad. Estas cifras, ya preocupantes, se han duplicado en los últimos años debido a los efectos prolongados de la pandemia del Covid-19, que ha exacerbado las condiciones de salud mental en todo el mundo.
En el país, la depresión se ha convertido en la principal causa de discapacidad, un hecho que desafía la capacidad de los centros de salud mental en el país.
La psicóloga Wendy Alba Mendoza enfatizó la necesidad de priorizar la atención primaria en salud mental, destacando que el entendimiento limitado sobre los trastornos mentales en la sociedad agrava la situación.
«Todas las personas en algún momento de nuestras vidas vamos a tener una situación de salud mental», comentó en una entrevista en el programa Uno + Uno, al subrayar que la salud mental es un espectro que fluctúa entre el bienestar y el malestar.
Finalmente, los casos recientes de violencia intrafamiliar no solo revelan la fragilidad de la salud mental en el país, sino que también subrayan la necesidad urgente de fortalecer los servicios de este mal.