Por: Yolaine Vásquez
SANTO DOMINGO.-El sacerdote Rogelio Cruz abrió una homilía cargada de indignación, fe y llamado a la acción, en memoria de las víctimas de la tragedia ocurrida en la discoteca Jet Set. La misa, realizada en las afueras del local siniestrado, reunió a familiares de los fallecidos, religiosos y comunitarios.
“Este es un lugar que debe convertirse, ciertamente, en un sitio de peregrinación para que aprendamos como pueblo, como dominicanos, que lo que pasó aquí no tiene explicación, no tiene ningún asidero. No hay. No hay”, afirmó Cruz.
En medio del dolor, también hubo espacio para la fe. Rogelio Cruz defendió la presencia de Dios en medio de la tragedia, ante los cuestionamientos surgidos desde la fe: “Dios estuvo en los socorristas que se metieron, que animaron, que no comieron por días.
La ceremonia fue también un espacio de desahogo colectivo, en la que la comunidad católica se unió al reclamo y expresó su disposición a movilizarse si no se ven respuestas concretas.
La misa concluyó con una bendición de aceites de sanación y el rociado de agua bendita alrededor del lugar, en un acto simbólico de purificación espiritual. “Lo que pasó aquí fue demasiado grande. Pero la misericordia de Dios también es demasiado grande”, concluyó el sacerdote.
El acto coincide con el contexto de Semana Santa un tiempo marcado por el dolor, la búsqueda de respuestas y una creciente demanda de justicia por parte de una ciudadanía profundamente impactada.
