Recientemente Margarita Cedeño, aspirante a la candidatura presidencial por el PLD, dijo que de ganar convertiría nuestro país en otro Singapur. Y no es para menos, pero ¿sabe ella cómo se llegó hasta ahí en ese país asiático?
Singapur es el cuarto país más rico del mundo, apenas superado por Qatar, Luxemburgo y Macao, según el poder adquisitivo de sus habitantes.
Conocida como «La perla de Asia», esta ciudad estado con apenas 5,6 millones de habitantes, es actualmente uno de los mayores centros financieros del mundo. El lugar que produce más millonarios y el más costoso para vivir, de acuerdo a un estudio del Economist Intelligence Unit.
Tras lograr la independencia de Malasia en 1965, Singapur se convirtió en un estado autónomo liderado por Lee Kuan Yew.
El hombre, que ocupó el cargo de primer ministro por más de 30 años, es el artífice del llamado «milagro económico».
Lee diseñó un amplio programa de reformas para sacar a Singapur de lo que él describió como el «pozo negro de la miseria y la degradación». Y convertirlo en un país industrializado y moderno, bajo un modelo capitalista con férreo control estatal.
Desde finales de la década de 1960, el gobierno impulsó grandes programas de empleo y la construcción de viviendas sociales. Una política social que fue de la mano de un estricto control de la vida privada y la supresión de libertades individuales.
Con el paso del tiempo, el país impresionó al mundo con sus altos niveles de educación, sanidad y competitividad económica. Al tiempo que atacó la corrupción, considerado como un mal endémico en la antigua colonia.
En este momento, Singapur es líder mundial en educación, salud y lucha contra la corrupción.
Pero, a causa de esa actividad económica tan exitosa, se desató una corrupción que parecía invencible. Los desfalcos y trampas de dinero eran cada vez más grandes. La isla era estremecida diariamente por escándalos sobre desfalcos, contratos amañados, corrupción del Estado y de las empresas privadas. Se llegó a pedir sobornos hasta para autorizar el traslado de un moribundo al hospital.
Fue entonces cuando el primer ministro Lee Kuan Yew, al que consideraban padre de la patria, resolvió enfrentar el problema sin contemplaciones con nadie.
Lo primero que hizo fue reunir su consejo de ministros y les dijo una frase que se volvería famosa. Si de verdad queremos derrotar la corrupción, hay que estar listos para enviar a la cárcel, si fuese necesario, a nuestra propia familia.
Se estableció que serían ejecutados los que, al incurrir en la corrupción, hubieran ocasionado la muerte de otra persona. O los que desfalcaran los presupuestos para temas especialmente sensibles, como hospitales, escuelas públicas o ayuda alimenticia para los pobres.
Ministros y militares, jueces y policías, que estaban entre los funcionarios más importantes del país cayeron en las garras afiladas del delito. Pero fueron ahorcados o fusilados, al igual que los particulares que participaron en los mismos hechos.
De igual manera se dictó pena de muerte para quienes se dedicaran al narcotráfico o entraran con drogas a Singapur. Se les dio 24 horas a los corruptos para que abandonaran el país y para terminar con la delincuencia de dos mil presos solo dejó 500.
Entonces le pregunto a Margarita ¿en verdad está ella en disposición de convertir a República Dominicana en un Singapur? Porque lo que estamos viendo ahora mismo no nos da esa perspectiva.
¿O se está ella refiriendo al Singapur del Alfa? Lo más probable porque la vemos hasta bailando dembow.
Además, hemos visto a Margarita Cedeño bailar el challenge del popular tema «Gogo dance» del cantante urbano El Alfa. Posiblemente escuchó su tema Singapur y de ahí le surgió la idea.
Por: Francisco Tavárez, el Demócrata.