Si nos dispusiéramos a elaborar un listado de la cantidad de personas que han fallecido a manos de la policía no terminaríamos. En la era de Trujillo y los 12 años de Balaguer las ejecuciones eran cotidianas, casi normales.
Una vez sube Antonio Guzmán Fernández al poder las ejecuciones de la policía se sustituyen por los intercambios de disparos. Esto significa que esa visión criminal de la policía nunca ha desaparecido, sino que se va transformando y por esta razón nos asombra tanto.
Las historias de muertes relacionadas a maltratos por parte de policías dominicanos también han tocado a los artistas. Hace 36 años el merenguero Tony Seval fue una de esas víctimas que llegaron detenidas a un destacamento policial y terminaron en una tumba.
Yolanda Sepúlveda, la madre de Tony Seval, murió hace 10 años clamando justicia por su hijo, fallecido el 24 de octubre de 1985. Fue apresado junto a varios integrantes de su orquesta mientras ensayaban en el sector de Villa Francisca en la capital dominicana.
El 22 de octubre de 1985 Tony Seval fue apresado y llevado al destacamento policial de Villa Juana. Se hizo en circunstancias que todavía hoy día quedan por determinarse.
Por esas extrañas coincidencias de la vida, el tema «El muerto» fue su mayor éxito.
Otro hecho relevante y reciente fue el de Cacón un joven que asesinó a un Coronel de la Policía Nacional. Después de cometer el hecho se dio a la fuga, luego llamó al director de los Derechos Humanos para entregarse.
El director de los Derechos Humanos llamó al entonces jefe de la policía para decirle que Cacón se iba a entregar. Este le solicitó que le dijera en donde estaba escondido y en su buena fe le dijo donde estaba. Al día siguiente, horas antes de entregarse, la policía apareció en el lugar y lo asesinó.
Reitero que serían cientos de casos sonoros, pero ahora pasamos al más reciente que ha consternado la sociedad dominicana, se trata de David de los Santos.
David de los Santos tenía 24 años de edad y el pasado miércoles fue a la plaza comercial Ágora Mall.
El licenciado en Educación Física habría amenazado de muerte a la dependiente de un establecimiento, de acuerdo a un primer reporte. Luego de dos horas y media caminando dentro del centro comercial, fue llevado al departamento de seguridad del lugar. Allí fue esposado, con las manos delante, por los efectivos privados del negocio.
Veinte minutos más tarde, a las 8:00 p.m., una patrulla de la Policía Nacional llegó a recoger a De los Santos. Y lo trasladaron al destacamento Naco, ubicado en la avenida Ortega y Gasset, en el Centro Olímpico Juan Pablo Duarte. La policía lo esposó colocando sus manos detrás de la espalda.
Los videos del centro comercial demuestran precisamente eso, y enseñan cuando De los Santos es escoltado por los efectivos policiales.
Un día más tarde fue trasladado al hospital Moscoso Puello y el viernes al Darío Contreras. De los Santos murió el domingo y la institución del orden hizo correr la versión de que De los Santos pudo haberse autolastimado. Que lo habría hecho durante una supuesta crisis nerviosa. Sin embargo, el acta de defunción cita la causa de la muerte como un trauma contuso craneoencefálico severo y lo tipificó como homicidio.
Ayer, la procuradora general de la República, Miriam Germán, instruyó a la Dirección de Persecución. Pidió que coordine las investigaciones de los casos de ciudadanos que perdieron la vida luego de estar detenidos en cuarteles policiales.
¿Hasta cuándo seguirá esta práctica perversa de la policía?
Por: Francisco Tavárez, el Demócrata.