Por: Yojanny Hernandez
SANTO DOMINGO.-Durante años, el consumo de drogas ha devastado no solo la vida de quienes caen en sus redes, sino también la de sus familias.
Muchos jóvenes que iniciaron en el mundo de las drogas durante la adolescencia relatan hoy, con la voz quebrada, el alto precio que han pagado: relaciones rotas, hermanos perdidos, parejas alejadas e incluso la desconexión con sus propios hijos.
«He perdido todo lo que alguna vez amé», confesó Manuel, quien cayó en los vicios desde los 15 años.
Otros aseguran que su estado físico, mental y emocional se ha deteriorado a niveles que jamás imaginaron.
“Las drogas me hicieron descaer física, mental y emocionalmente. Además en el barrio ya no me veían igual, no me aceptaban”.
Julio Manuel Díaz, director del programa de rehabilitación Hogares CREA, reveló que, de los 1,200 internos actuales, la mayoría llegó por el consumo de drogas sintéticas, consideradas entre las más peligrosas.
“El 40 por ciento de quienes comienzan el proceso de rehabilitación termina desertando y recae», señaló con preocupación.
Los internos instaron a los jóvenes a no caer en el error de probar estas sustancias ilícitas.
Díaz indicó que aunque la situación es difícil, aún hay esperanza, pues, en lugares como Hogares CREA, muchas personas han logrado salir adelante gracias a la disciplina, el apoyo psicológico y la ayuda entre compañeros.