En el marco del plan piloto de bloqueo de señales en centros penitenciarios, un técnico israelí detectó una operación clandestina de un centro de llamadas vinculado a prácticas de brujería en una cárcel del país, cuya ubicación no fue revelada para no entorpecer las investigaciones.
El hallazgo se produjo durante una serie de pruebas tecnológicas realizadas bajo estricta confidencialidad, como parte de una estrategia para combatir delitos cometidos desde el interior de los recintos carcelarios.
“Este proceso experimental tecnológico debe mantenerse en secreto. Si informamos con anticipación que estamos realizando intervenciones tecnológicas, la creatividad delictiva se adelanta y se adapta. Es terrible lo sofisticado que puede llegar a ser este tipo de crimen”, explicó el director del INDOTEL.
Agregó que los trabajos están a cargo de un técnico especializado, quien cuenta con un plazo de 90 días para concluir el diagnóstico. Ya se ha entregado un primer informe a la Procuraduría General de la República, en el que se destaca la capacidad del órgano regulador para llevar a cabo indagatorias discretas y efectivas, que refuercen la seguridad tecnológica del sistema penitenciario.