El mundo está viviendo la situación más caótica desde la gripe española de 1918. A esta generación no le había tocado ver una pandemia ni una crisis como esta. En el sudeste asiático es considerada como La peor crisis sanitaria de la historia reciente.
Mientras los países desarrollados han dedicado esfuerzo en conseguir las vacunas para su gente, China ha decidido hacer negocios con su vacuna. Ha suplido no solo los países cercanos a él, sino a países en desarrollo como República Dominicana.
India y sus vecinos luchan con un feroz aumento de la covid y los más pequeños, como Sri Lanka, están en una situación muy vulnerable. Y hacia ellos también China ha ido en su auxilio.
Este gesto de China contribuiría a aumentar su influencia en el continente asiático, además de lo que hace en América Latina. No podemos olvidar que las vacunas son la nueva arma de combate con la que los imperios se disputan su hegemonía.
Países como Sri Lanka dependía de la vacuna de AstraZeneca que se producía en la India. Pero la situación sanitaria que vive el país asiático ha provocado la detención de la fabricación de las vacunas.
Este es el espacio en que China aprovecha para influir a través de donaciones tanto de vacunas, mascarillas, suplementos médicos, etc. Ellos le llaman la diplomacia de las mascarillas, pero en otros lugares le llaman diplomacia de las vacunas.
Salvando la distancia, Estados Unidos ha comenzado a hacer lo mismo ofreciendo donación de vacunas para América Latina. Evidentemente primero esperaron avanzar en la inoculación de sus gentes, cosa que no hizo China, sino que aprovechó la coyuntura para posicionarse.
Junto con Rusia, China ha contribuido a compensar la escasez de vacunas provocada por la incapacidad de India para suministrarlas.
Según la BBC China ha donado 1.100.000 vacunas de Sinopharm a Sri Lanka, lo que ayudó a reanudar el programa de vacunación. El gobierno también ha anunciado planes para adquirir más de Sinopharm y también de Sputnik.
Otros países ayudados por China son Nepal, Pakistán o Bangladesh, son parte de la llamada Nueva Ruta de la Seda china. Este es un gran proyecto concebido por Pekín para expandir sus redes comerciales.
Cuando pensábamos que su interés era solo América Latina y el Caribe, observamos que China, como todo imperio, se ha tomado en serio la expansión de su dominio. Su novedad no está en las armas ni en las guerras, está en el sentido humanitario de las coyunturas. Si no hubiese sido por China República Dominicana hoy no estuviera tan avanzada en plan de vacunación.
Por: Francisco Tavárez, el Demócrata.