El congreso es el lugar donde deben estar los mejores hombres y mujeres del país porque son quienes diseñan las leyes que rigen una nación. Pero lamentablemente este espacio se ha cualquierizado, con personas que aparentemente no tienen ni idea de su función.
En vez de personas formadas en ciencias políticas o en derecho tenemos gente ligadas al crimen organizado y las bancas de apuestas. También legisladores galleros, cantantes y youtubers.
Por eso no nos extraña que tengamos senadores con cierta inclinación a la payasería porque desde hace tiempo el congreso es un circo.
Esto lo traemos a colación a raíz del espectáculo de mal gusto entre los senadores Iván Lorenzo y Arístides Victoria Yeb. El primero entregó un reconocimiento al PRM por el endeudamiento y el segundo respondió con cinco placas por corrupción. ¿En verdad son estos los senadores que nos representan?
Si así es como se hará oposición estamos mal, porque lo ideal sería criticar el endeudamiento con argumentos y estadísticas confiables.
Que presente si hay sobrevaluación en la conformación de esos presupuestos, si hay senadores que hayan tomado sobornos, etc., pero no salgan con esto. Esa no puede ser la función de un vocero, un senador de la república con esto.
Lo que sí sería bueno investigar en qué se ha usado el dinero de esos préstamos, si hay corrupción en el manejo de esos fondos. Entonces si se va a hacer una crítica que lo haga señalando qué se ha hecho con esos 13 mil millones de dólares. Esta es la suma que hasta el momento ha tomado prestado el PRM.
Saber qué parte de este dinero se ha destinado a Obras Públicas, Salud, Educación y si esos fondos son necesarios. Eso es hacer oposición crítica y consciente, lo demás es farándula de mal gusto.
Desde hace tiempo observamos que en República Dominicana hay un exceso de funcionarios. En apenas 48,442 km., cuadrados. Tenemos 31 provincias, un Distrito Nacional, 176 municipios. Esto nos hace tener una de las matrículas más altas de congresistas de toda América Latina si juzgamos por el tamaño del país.
190 diputados y 32 senadores es una matrícula excesiva, por eso nosotros proponemos que ese Congreso se reduzca a una sola cámara. La idea del congreso unicameral no es descabellada, porque el 56.9% de los países de América Latina lo poseen.
En países como Cuba, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá, Perú y Venezuela existen congresos unicamerales.
En América Latina, los cuatro países de mayor población tienen un congreso bicameral. Del mismo modo, de los cinco países con menor población, 80% tiene un congreso unicameral.
En cuanto a la extensión territorial, los países de mayor extensión han optado por sistemas bicamerales, no así los de menor territorio. Solo nosotros entre los países pequeños tenemos congreso bicameral.
No entraremos en las ventajas y desventajas de los dos sistemas, pero al menos diremos algunas respecto al sistema que estamos proponiendo.
La reducción a un congreso unicameral nos permitiría ahorrar en el presupuesto porque con el dinero del barrilito y cofrecitos nos salen muy caros. Además de que cada uno tienen empleados, oficinas políticas, exoneraciones, entre muchos otros privilegios que se pagan con nuestros impuestos.
Quienes se postulen para dichos puestos deben ser personas con perfil académico porque además se paga una comisión asesora para los proyectos de leyes. Todas estas cosas las seguiremos ampliando, pero por el momento proponemos fusionar las dos cámaras y reducir a 50 el número de congresistas.
Por: Francisco Tavárez, el Demócrata.