¿Fracasó la democracia?

El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) acaba de publicar su informe regional sobre desarrollo humano. Lo ha titulado “Atrapados: alta desigualdad y bajo crecimiento en América Latina y el Caribe”.

En lo que respecta a la República Dominicana hay tres factores importantes que deben llamar la atención urgente del liderazgo que nos gobierna. Nos vamos a referir a ellos procurando presentar alunas líneas de análisis y acción.

  1. Seguimos en el mismo problema de crecimiento económico sin desarrollo social. El crecimiento que ha tenido la República Dominicana en los últimos 50 años ha sido por encima de los dos dígitos. Sin embargo ese crecimiento no se ha traducido en mejora de las condiciones de vida de la población. La pobreza había experimentado una reducción mínima pero la pandemia la devolvió.
  2. El 63% de la población dominicana entiende que nuestro país está gobernado para un grupito. En un informe anterior el PNUD había establecido que existe un 20% de la población que posee el 80% de las riquezas. El otro 80% vive de ese 20% que dejan los demás. Quienes más tienen generan empleos de poca calidad por eso en contextos como el nuestro tener un empleo, aunque te estén explotando, es un privilegio. Este es un país que educa para el empleo y no para el emprendedurismo.
  3. El 68% estaría de acuerdo con un gobierno no democrático siempre y cuando sea eficaz. Este porcentaje tan alto es preocupante, pero no ingenuo, el mismo retrata el fracaso de la Democracia. Este sistema ha fallado en ofrecer a la sociedad seguridad y justicia, dos elementos fundamentales de la democracia. Ante la situación de inseguridad ciudadana y la impunidad ante la justicia la población vuelve la cara hacia esos modelos autoritarios. Tenemos un país mayoritariamente joven, un 62%, que conocen las dictaduras por los libros o anécdotas, pero no las vivieron.

Esta juventud nació en la época de la democracia y han experimentado el vacío de un liderazgo político que no representa un referente para ellos. Por eso acuden a estos sistemas de los que sólo tienen la referencia. Así las cosas el discurso del cambio debe ir más allá. Lo que  se está reclamando es un cambio de las estructuras, no de las personas que dirigen el Estado.

No es improvisado que el mundo esté girando hacia modelos de líderes políticos que, encarnan un discurso que invita al orden. El caso Donald Trump, Jair Bolsonaro, Rodrigo Durterte en Filipinas son ejemplo de líderes que han concitado mucho apoyo a pesar de su discurso.

Bolsonaro tenía un discurso racista y misógino, Trump un discurso nacionalista con matices racistas y homofóbico, Durterte ganó porque dijo que mataría los delincuentes. Incluso llegó a decir que él mismo lanzó personas de un helicóptero y ha amenazado con quien no se vacune enviarlo a la cárcel.

¿Se han preguntado a qué se debió el impacto que generó Ramfis Trujillo en la República Dominicana? La mayoría de sus seguidores eran jóvenes.

Estamos ante una sociedad de  jóvenes que son realistas, no idealistas que cuestionan todos los discursos del pasado entre ellos la democracia. Lo que nos está diciendo este informe del PNUD es una voz de alerta a la que debemos estar pendiente. La juventud y la sociedad siguen reclamando un cambio y eso debe llegar por la vía de la democracia, no de un Trujillo.

Por: Francisco Tavárez, el Demócrata.

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