Georges, el huracán que sacudió al país y dejó una huella imborrable hace 26 años

Huracán Georges

Por Yuleisy Ovalle

El 22 de septiembre de 1998, la República Dominicana vivió uno de los episodios más devastadores de su historia reciente. El huracán Georges, de categoría tres, tocó tierra con vientos de hasta 200 kilómetros por hora, arrasando el país de este a oeste y afectando severamente a 24 provincias. Lo que siguió fue un escenario de caos y destrucción que afectó no solo a la nación dominicana, sino también a Haití, Cuba, Estados Unidos y las Islas de Sotavento.

La devastación en la capital fue evidente: árboles arrancados de raíz, semáforos destruidos, postes eléctricos caídos, techos de viviendas volados y estructuras colapsadas. Con lluvias torrenciales y vientos huracanados, Georges desdibujó comunidades enteras, dejando a su paso una estela de muerte y desesperación.

Un saldo devastador

Las cifras fueron impactantes. Oficialmente, 283 personas perdieron la vida y más de 263,000 quedaron damnificadas. De estos, más de 100,000 personas debieron refugiarse en albergues temporales. La región sur fue la más castigada, con 202 víctimas mortales, siendo Tamayo y el barrio Mesopotamia de San Juan de la Maguana los más afectados, este último arrasado por las aguas del río Yaque del Sur.

En la región Este, provincias como San Pedro de Macorís, La Romana y Hato Mayor sufrieron grandes daños, mientras que en la capital, los sectores de Los Tres Brazos y Brisas del Ozama vieron desaparecer familias enteras por las crecidas de los ríos.

Daños materiales sin precedentes

Cuatro días después del paso de Georges, el gobierno informó que más del 60% del territorio nacional había sido afectado, con pérdidas económicas superiores a los 1,200 millones de dólares. La agricultura fue uno de los sectores más golpeados, con la destrucción del 90% de los cultivos y la muerte del 15% del ganado. El sector agropecuario perdió más de 400 millones de pesos, principalmente en cultivos como arroz, café y plátano.

El sistema eléctrico sufrió daños cuantificados en más de 120 millones de dólares, mientras que la infraestructura vial fue destruida con pérdidas estimadas en 350 millones de dólares. Los pequeños negocios quedaron en ruinas, afectando gravemente los ingresos de la población rural y sumiendo al sector turístico en una crisis sin precedentes.

Un país vulnerado, pero resiliente

Además de los daños materiales, las enfermedades proliferaron en los días posteriores al huracán. Brotes de malaria, dengue, diarrea y enfermedades respiratorias complicaron aún más la situación de las poblaciones afectadas.

A pesar de la devastación, el huracán Georges marcó un antes y un después en la preparación del país para enfrentar catástrofes naturales. De esa experiencia surgió la creación del Centro de Operaciones de Emergencias (COE) en 2001, un organismo que ha mejorado significativamente la capacidad de respuesta del país ante futuras amenazas.

Hoy, 26 años después, el huracán Georges sigue presente en la memoria de muchos dominicanos. La devastación que trajo consigo no solo dejó lecciones dolorosas, sino también la determinación de construir un futuro más resiliente ante los embates de la naturaleza.

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