Iglesia Católica deplora sistema de salud dominicano

SANTO DOMINGO.-“La salud pública no es un privilegio de algunos, no es un derecho de los ricos, es un derecho de todos los dominicanos”. Con esta frase, el padre Nicolás Cuello Hernández, párroco de la iglesia Nuestra Señora de Fátima, marcó el tono de su mensaje durante el Sermón de las Siete Palabras, pronunciado este Viernes Santo, donde enfocó su reflexión en la profunda crisis que atraviesa el sistema de salud en la República Dominicana.

Durante su homilía, el sacerdote arremetió contra lo que calificó como una mala administración pública, señalando que los recursos destinados al sector salud “no han llegado a los hospitales y a los centros de salud sino a las manos de algunos que, como Gestas, no tienen temor de Dios”. Aseguró que por esa razón, miles de dominicanos mueren sin poder ser atendidos: “Nos compadecemos por muchos dominicanos y dominicanas que se desangran y pierden sus vidas porque no pueden ser atendidos en nuestros hospitales”.

El religioso expresó su compasión por los enfermos pobres, los que mueren en sus casas sin asistencia, los que no pueden costear medicamentos, los enfermos mentales y el personal médico que trabaja en condiciones difíciles. Además, denunció la indiferencia estatal ante un sistema colapsado: “El sistema de salud está en crisis. Decía Madre Teresa de Calcuta: ‘El peor mal es la indiferencia’. ¿Por qué tanta indiferencia en el sector salud? ¿Por qué tanta incompetencia?”, cuestionó.

Aunque reconoció que el gobierno ha realizado algunas mejoras, como el remozamiento de 38 emergencias, el padre Cuello señaló que esto no basta ante los problemas estructurales y humanos que enfrenta la red hospitalaria y a la vez, valoró positivamente el trabajo de las instituciones del Estado durante la tragedia del JET SET, y envió un mensaje de solidaridad a las familias afectadas y a quienes aún están siendo atendidos en los hospitales.

En su homilía, identificó siete debilidades del sistema de salud que siguen sin resolverse:

  1. Falta de avances en la implementación de la atención primaria.
  2. Elevados costos en atención médica y medicamentos.
  3. Baja inversión del PIB y carencia de sistemas de monitoreo.
  4. Salarios bajos y sobrecarga de trabajo.
  5. Déficit de personal médico.
  6. Deficiencias institucionales, estructurales y logísticas.
  7. Infraestructuras hospitalarias deterioradas y confusión de competencias entre el Ministerio de Salud Pública y el SNS.

Además, denunció situaciones concretas como el colapso del hospital del Almirante, donde “no hay ni un bisturí”, y la urgente necesidad de intervención en hospitales como el Darío Contreras, Moscoso Puello y Salvador B. Gautier. También exigió la finalización de proyectos pendientes como la Ciudad Sanitaria de San Francisco de Macorís y la Luis E. Aybar.

Otra de sus afirmaciones más contundentes fue: “No es posible que los centros privados dejen morir un dominicano porque se requiere de un seguro para una emergencia”, además de criticar el colapso en las maternidades: “No es posible que para las mujeres dominicanas parturientas no haya espacio en los hospitales porque un 40 % de las parturientas en los centros de salud son extranjeras”.

El padre Cuello también cuestionó los privilegios de algunos sectores frente a las necesidades del personal de salud: “No es posible que un legislador gane 3 y 4 veces más que un médico especialista. Queremos que en los hospitales no falte el agua, que haya luz. Que nuestros hospitales tengan sangre, medicamentos, oxígeno, sueros y sillas de ruedas”.

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