Históricamente se han conocido casos, incluso en nuestro país, de personas que se ven en prisión y crean alguna enfermedad para salir. Mediante ese recurso se cierne una nebulosa sobre condiciones de salud que nunca supimos hasta el encarcelamiento.
Otros han ido más lejos y sus condiciones de salud ameritan de ser revisados en el extranjero y quienes lograron salir jamás regresaron. Quizá el caso más fresco que tenemos en nuestra memoria es el del haitiano apellido Mazourca acusado de cometer un fraude en la Lotería Nacional.
Una vez apresado se informó que padecía de problemas estomacales y estuvo recluido dos meses precisamente en la Clínica Abreu donde llevaron a Jean Alain. De ese centro médico se escapó y jamás volvimos a saber de él.
No queremos decir con esto, para que no nos llamen insensibles, que Jean Alain trama lo mismo, incluso se diagnosticó que tiene un problema renal. Padece de una afección renal que conlleva a que cada siete u ocho años se le practique un procedimiento.
También tiene una dificultad en la vista que a decir de su abogado son problemas delicados. Pese a las declaraciones de su abogado la magistrada Miriam Germán Brito no permitió que Jean Alain se quedara a amanecer en la clínica. ¿Será la magistrada Germán una mujer tan insensible que ante una situación de salud que amerite cuidado le negará la posibilidad de la atención?
La negación del permiso no estuvo amparada en una decisión antojadiza de la señora Germán, sino avalada por un diagnóstico. La Dirección de Centros de Corrección y Rehabilitación del Sistema Penitenciario informó que dos especialistas de un centro médico privado evaluaron la salud del exprocurador. Estos profesionales descartaron el internamiento y dijeron que se podía solucionar como algo ambulatorio.
Especialistas de las áreas de urología y neurocirugía determinaron que el interno tiene dolencias propias de su edad que deben ser atendidas de manera ambulatoria.
Como habíamos dicho: sus médicos lo someten a estudios de imágenes programados, en la Clínica Abreu. El interno fue recibido a las 8:15 de la mañana de ayer, viernes, en una habitación reservada por sus familiares. Solo con el objetivo de que pudiera permanecer en el centro hasta que se le hicieran exámenes ambulatorios programados para distintas horas del día. Dijo Hilda Patricia Lagombra, directora de Centros de Corrección y Rehabilitación.
Indicó que el último estudio se le practicó a las 7:10 de la noche del viernes y este sábado lo evaluaría un ortopeda. Pero el interno se negó al traslado, y firmó un escrito de puño y letra en el que, falsamente, alega que ha realizado 20 solicitudes para citas médicas.
Cabe destacar que, durante su estadía en el recinto preventivo de Ciudad Nueva, el interno, fue evaluado por los médicos. En ningún momento refirió padecer de enfermedad alguna y solo refirió que a veces tomaba omeprazol porque presentaba reflujo, dijo.
Recordó que, en todo momento, los familiares, abogados y el entorno cercano del interno están al tanto de sus chequeos de salud. Fue la propia esposa del interno que, en los primeros días de este mes de diciembre, se comunicó por la vía telefónica. Para solicitar y coordinar una evaluación médica rutinaria para el interno en un centro de salud, indicó.
No queremos parecer insensibles pues toda persona tiene derecho a ser atendido por un médico, pero ¿se estaría inventando Jean Alain todo esto? Lo afirmado por la directora de Centros de Corrección y Rehabilitación es lo que deja entrever.
Por: Francisco Tavárez, el Demócrata.