En el día de hoy se ha viral el caso de una joven que abordó al presidente Luis Abinader en la Universidad de Columbia, Estados Unidos.
El presidente se encuentra allí para participar en la asamblea de las Naciones Unidas y donde piensa agotar un turno del que se espera hable del tema de la crisis que en la actualidad vivimos con el vecino país de Haití.
En una intervención una joven llamada Lizzy George Griffin le enrostró al presidente Luis Abinader que nuestro país era racista, transnófobo, homofóbico colorista, entre otras cosas.
El presidente decidió responderle y ella le interrumpía, al final se marchó y dejó al primer mandatario con la palabra en la boca.
En las redes se han distribuido una serie de fotos tomadas de las redes sociales de la joven en donde se muestra tener cierta inclinación al lesbianismo, incluso tiene una bandera dominicana cuyos colores se mezclan con la bandera que identifica a la comunidad LGBTQ+.
Al margen de todo lo que ya se ha dicho me parece que hay un punto no observado por nadie y es que aquí hay un fallo grave del equipo de comunicación que asesora al presidente Abinader.
Cuando un mandatario está en medio de un conflicto como el que tenemos no debe exponerse a ninguna otra intervención que no sea a lo que responde su visita oficial.
Lo que el presidente debía decir sobre la crisis con Haití lo dejó grabado en un video que se difundió en la noche del domingo, por consiguiente, su figura debió ser preservada únicamente para su intervención en la ONU.
Cuando llegaron a Estados Unidos dos grupos recibieron al presidente Abinader, uno de dominicanos apoyándolo y otros de haitianos mezclado con activistas que le vociferaban racista entre otros epítetos de mal gusto y eso debió ser un termómetro de cómo andaban las cosas, de manera que debieron suspender esa actividad en la Universidad.
Si de todos modos decidían ir a esa Universidad el tema que menos debió abordar fue el del conflicto con Haití y si no era el tema entonces se debió organizar con la universidad antes que las preguntas debían ser exclusivamente del tema en cuestión.
Así es como se protege la imagen de un presidente. Salvó la situación que la joven estudiante se fue y le dejó la palabra en la boca y eso la hizo lucir arrogante, prepotente, engreída, alguien que irrespetó la solemnidad de un presidente entonces al final ella fue la que quedó mal. Pero al presidente deben cuidarlo más.
Por: Francisco Tavárez, El Demócrata.