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Las condiciones de Haití para reabrir la frontera

Sin digresión alguna, los participantes en la reunión del 9 de octubre elaboraron y mantuvieron siete (7) primeras condiciones obligatorias, como parámetros para redefinir el área de relaciones diplomáticas y comerciales de Haití con la RD.

  1. La RD debe reconocer perentoriamente el derecho de uso de la República de Haití sobre los recursos hídricos compartidos. En caso de inquietud sobre la forma de uso de un recurso compartido, se creará una comisión binacional cuyo trabajo será objeto de un memorando de entendimiento o convención. Cualquier sanción o medida privativa previa se interpretará como un obstáculo evidente a la búsqueda de una solución amistosa.
  2. Es necesario reequilibrar el mercado binacional. Los derechos de cada estado deben distribuirse equitativamente. Los dominicanos se beneficiarán de un día de mercado; los haitianos, tanto;
  3. El Estado dominicano debe respetar las reglas para deportar a haitianos hacinados en jaulas asfixiantes. Deben cesar las violaciones de derechos humanos, incluidas las agresiones físicas, las violaciones y la trata de personas. Los autores de estos abusos, al igual que los organizadores de viajes clandestinos, deben ser llevados ante la justicia y su condena debe publicarse ampliamente. Los actos de deportación deben respetar tiempos, días, mujeres embarazadas y domicilios.
  4. Los estudiantes haitianos, establecidos regularmente en RD, deben beneficiarse de una visa de estudiante durante toda la duración de sus estudios, sin necesidad de pagar un impuesto de entrada mensual o trimestral.
  5. Debe crearse una comisión internacional de auditoría para examinar la delimitación geográfica de los dos Estados e informar al respecto a cada Gobierno.
  6. Las mercancías provenientes de la RD y con destino a Haití deben ser especialmente evaluadas y aprobadas por un servicio de Aduanas. Su calidad deberá ser certificada por dicho servicio, cuya copia podrá ser obtenida por cualquier titular de derechos.
  7. Las víctimas haitianas de la inmigración y cualquier instancia de la RD deben ser objeto de una investigación por parte de una Comisión especial de “Justicia y Verdad”, integrada por Haití, República Dominicana y otros países. Se enviará informe a cada Gobierno.

Además, conviene reconocer la manipulación de intereses geopolíticos y económicos simulados, la victoria en las elecciones primarias del presidente Abinader, la adopción de la resolución de la ONU que autoriza una fuerza armada multinacional en Haití, con el corolario del establecimiento de «una nueva clase de empresarios destinados a sustituir a los que son sancionados, con razón o sin ella, las oligarquías de los dos Estados que chocan, por no hablar de los que se aprovechan del juego de la política interna hasta el punto de engañar a los humildes, son todas consideraciones. En definitiva, esta medida absurda y criminógena habría servido a alguien más, y a todos, en lo que a ellos respecta.

Al final, más allá de todas las divisiones geopolíticas, algunas menos pronunciadas que otras, la población de Juana Méndez, ayudada por el resto de la nación haitiana, dio una lección de dignidad al presidente dominicano.

En lugar de quejarse, la población transformó las medidas de la RD en una vasta sinergia para removilizar la voluntad popular de cambiar la situación. El silencio místico de los haitianos, a quienes esperábamos ver congregados por miles en la frontera, fue suficiente para agitar a los dominicanos.

Estas aumentaron las manifestaciones y disturbios hasta bloquear las actividades de CODEVI. El pueblo dominicano sabe ahora que no hay medida tomada ni por tomar que sea capaz de influir en la voluntad de un pueblo decidido y razonado, que reivindica una causa justa.

Que el cierre y reapertura de las fronteras son obras de Luis Abinader, sin intervención ni petición del pueblo haitiano. Que nadie está por encima de la ley. Que sus arbitrariedades, ya registradas en las páginas sangrientas de la historia, serán objeto de un juicio internacional que años, incluso después de su mandato, no puede debilitarse, como el juicio pendiente en Nueva York contra la barbarie, el genocidio de la masacre de 1937, perpetrado por su homólogo Raphaël Trujillo.

Por: Francisco Tavárez, El Demócrata