El expresidente Leonel Fernández ha venido poniendo los temas de discusión y análisis en el país desde la semana pasada.
Ahora externa su preocupación ante el hecho de que miembros de la Sociedad Civil ocupen cargos en el gobierno. A su vez les tilda de personas que no quieren asumir un compromiso con ningún partido político, pero sí quisieran ocupar un puesto en el gobierno.
Para Leonel con esto se atenta contra la credibilidad de la política y los políticos pues se da a entender que quienes están en política son malos. Entiende que esa visión lo que hace es desmeritar a quienes están en política. Esto hace entender los puestos en el Estado no pueden ser ocupados por políticos que sí ha asumido una posición e identidad partidaria.
Concluye diciendo que “la Sociedad Civil debe seguir estando donde está, constituyéndose en grupos de presión”.
En este orden algunos comentaristas afines a las gestiones pasadas han asumido lo dicho por Leonel para pedir al presidente detener lo que llaman el “descrédito” de la política.
En primer lugar, el principal objetivo de la Sociedad Civil es una nación bien gobernada, donde se cumplan los postulados de la democracia. Si analizamos los hechos de las últimas décadas en el país hay muchos logros que se han conseguido gracias a la acción de la Sociedad Civil.
Leonel dice que deben seguir siendo grupos de presión como hasta ahora, pero esa no es la principal función de la Sociedad Civil. Respecto a la situación de si los cargos deben ser ocupados por políticos esto ha entrado en cuestionamiento justamente por su accionar.
No es la Sociedad Civil que ha desacreditado a los políticos, sino ellos mismos con su modus operandi. El mismo Leonel Fernández postuló por un Ministerio Público independiente, pero nombró como Procurador a uno de sus principales colaboradores que fue Radhamés Jiménez.
El descrédito de los políticos y de la política lo han hecho los mismos políticos, por eso una realidad mundial es que la sociedad les está rechazando. El mundo les está dando la espalda a los políticos y opta por opciones que no se vinculen.
Un miembro de un partido político al frente del Ministerio Público buscará impedir que se haga justicia, en vez de facilitarlo. Ya vimos el ejemplo con Jean Alain Rodríguez y con el mismo Radhamés Jiménez.
En posiciones que impliquen arbitraje como la Junta Central Electoral o manejo de justicia como el Ministerio Público, no se puede colocar a una parte interesada.
Esa había sido la práctica hasta el momento. ¿Se ha preguntado Leonel cuál hubiese sido el resultado si en el lugar de procurador se hubiese puesto a un dirigente político? ¿Qué tal si hubiese sido Eddy Olivares, por poner un ejemplo?
De acuerdo al trabajo que está haciendo ahora Yeni Berenice queda demostrado que sí es un problema que haya políticos en puestos como esos.
Leonel recuerda que quien trajo a Yeni Berenice a la capital fue él, pero parece que olvida lo sucedido cuando intentó investigar a Díaz Rúa.
En definitiva, quienes se han ganado el descrédito son los mismos políticos y no es por la Sociedad Civil, sino por su accionar. La Sociedad Civil no tiene que asumir identidad política para ser parte de un gobierno porque el mismo no es de un partido político.
El gobierno es de todos, no de un partido que gane el poder.
Por: Francisco Tavárez, el Demócrata.
