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Lo que ocultan Biden y Putin en sus discursos

Al principio del encuentro, Putin agradeció a Biden por su iniciativa de reunirse, señalando que las relaciones entre ambos países «acumularon varios problemas». Estas situaciones debían resolverse mediante negociaciones a alto nivel. Expresó la esperanza de que la cumbre sea «productiva».

Luego ambos mandatarios ofrecieron ruedas de prensa por separados en las que manejaron un lenguaje diferente. Putin lució más conciliador presentando los puntos que acordaron, en cambio Biden se notó más enérgico y confrontador.

Según Putin acordaron que los embajadores de ambos países volverán a sus puestos de trabajo. «Hemos solucionado este problema. Los embajadores van a regresar a su lugar de trabajo mañana o pasado mañana. Ese es un asunto técnico». “El Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia y el Departamento de Estado de EE.UU. «iniciarán consultas sobre la agenda de interacción diplomática».

«Hay muchos asuntos pendientes», y sostuvo que «ambas partes estamos dispuestas a encontrar soluciones». «En varios asuntos nuestras posturas se diferencian, pero ambas partes han manifestado su deseo de entenderse, de buscar vías para acercar las posturas. La conversación ha sido muy productiva».

Hasta aquí fue lo dicho por Putin ahora vayamos a lo expresado por Biden.

Biden remarcó que le dejó claro al presidente ruso el compromiso de Estados Unidos con los derechos humanos. Mencionó, en particular, el caso del líder opositor Alexei Navalny, quien se encuentra detenido arbitrariamente.

“Le dejé en claro que las consecuencias serían devastadoras para Rusia si Navalny muere en prisión”.

En línea con lo expresado por Putin, Biden indicó que el encuentro fue “constructivo” “positivo”, y aclaró que su agenda “no es contra Rusia”. Dice que  su agenda “es en beneficio del pueblo norteamericano. Mi responsabilidad es proteger a la gente de Estados Unidos”.

“Demostramos al mundo que Estados Unidos ha regresado, que está con los aliados. Hemos dejado clara la relación entre Estados Unidos y Rusia”.

Advirtió que su Gobierno “no tolerarᔠinjerencias de Rusia en la democracia norteamericana. “Le dije claramente que no toleraríamos los intentos de violación de nuestra soberanía democrática o de desestabilización de nuestras elecciones democráticas y que responderíamos”.

También le planteó que las infraestructuras críticas deben quedar al margen de ciberataques. “Le señalé que tenemos una capacidad cibernética significativa, si violan estas normas, responderemos”.

Biden dijo que le dio una lista de 16 entidades que “van del sector de la energía hasta sus sistemas de distribución de agua” que no pueden ser tocados.

La pregunta que nos hacemos ¿por qué Biden fue tan enérgico e hizo tanto énfasis en que Estados Unidos responderá ante cualquier violación?

La respuesta reside en la crítica que le formuló el Partido Republicano quien criticó al presidente por haberse reunido con Putin. Dijeron que la mera existencia de esa cumbre supone una victoria para Moscú.

Biden no podría dejar esa sensación hacia su país de que había ido a galantear con el enemigo definido por su antecesor. Todavía en Estados Unidos existe el resquemor contra Putin y la supuesta injerencia en sus elecciones.

Ambos presidentes consiguieron lo que querían. Por un lado Putin redimensiona su figura al elevarse al nivel del presidente estadounidense. Por otro lado Biden le envía un mensaje a su país de que fue a poner las cosas claras. Al final pienso que esta ha sido la cumbre de la hipocresía.