Lo que no se quiere decir del Covid-19

India superó los 25 millones de casos de coronavirus desde el inicio de la pandemia, a pesar del declive de los contagios de los últimos días, y registró un nuevo récord de 4.329 fallecidos.

Brasil registró este miércoles 2.641 muertes por COVID-19, con lo que el total asciende a 441.691, y 79.219 nuevos contagios, lo que eleva a 15.812.055 el total de casos confirmados.

Costa Rica ha vivido una situación parecida, incluso han regresado a las medidas de restricciones de inicios de la pandemia y en Estados Unidos, específicamente en Nueva York, el panorama ha mejorado, pero no al ritmo esperado.

En el caso nuestro la realidad es parecida. El presidente Luis Abinader, confirmó que, en el Gran Santo Domingo, que incluye la capital y la provincia de Santo Domingo, se ha registrado un rebrote de coronavirus en los últimos días.

Según el más reciente boletín de Salud Pública, de los últimos casos confirmados el 60% de contagios se ubican en el Gran Santo Domingo.

Abinader dijo que dicho rebrote ha incrementado la ocupación hospitalaria tanto a nivel público como privado, especialmente en las salas de cuidados intensivos, las cuales a nivel nacional se encuentran en un 57 por ciento de ocupación, de acuerdo a datos oficiales del Servicio Nacional de Salud (SNS).

Solo en el Gran Santo Domingo la ocupación en cuidados intensivos en el sector público es de 81 por ciento, según cifras del SNS.

Un dato importante es que ha aumentado no solo la positividad, la cantidad de muertes, sino también el registro de jóvenes entre 17 y 25 años que en la primera y segunda ola de la pandemia no eran objeto de contraer el virus hoy en día están haciendo crisis, incluso están marcando tendencias estadísticas de muertes y ventilación asistidas.

¿Y cuál es la paradoja?

Pese a ese escenario nuestro país está llamando a las clases presenciales y flexibilizando las medidas, incluso en la entrevista ofrecida por el presidente Luis Abinader anoche decía que era imposible regresar a esas restricciones otra vez.

No hay inmunidad en el país, las vacunas no protegen a un cien por ciento, no tenemos ningún cambio en la tecnología de atención médica en el cuadro de la pandemia y estamos regresando a la normalidad ¿no será esto el preludio de una gran crisis sanitaria en República Dominicana?

Seguimos apostando a la apertura del turismo, el personal turístico de los hoteles y el circuito de entretenimiento está vacunado, pero las vacunas no garantizan que no se transmita la enfermedad, entonces ¿dónde nos quedamos? ¿cuál es el enfoque, la estrategia?

También Haití ha tenido un repunte en los contagios y ahora han aceptado la donación de las vacunas de AstraZeneca, pero quizá sea demasiado tarde para que este país pueda evitar los estragos de la Pandemia, la frontera sigue abierta y las amenazas latentes.

Seguimos teniendo problemas con las ARS privadas, incluso se ha restringido la cantidad de pruebas PCR cuando se apostaba hace justo un año, al inicio de toda esta pesadilla a que la solución eran pruebas gratuitas, en un momento se ventiló la idea de limitar las pruebas a una por año y por suerte desistieron de ese adefesio, sin embargo, la gente sigue teniendo dificultad para tener acceso a las pruebas.

El panorama entre vacunas, limitación de pruebas, aumento del Covid y la aparición de nuevas cepas en otros países no es nada halagüeño, ojalá logremos tener luz a final del túnel y repensemos la idea de las clases presenciales.

Por: Francisco Tavárez, el Demócrata.

 

 

 

 

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