El presidente Luis Abinader aprovechó su visita a la toma de posesión del presidente chileno para firmar una serie de acuerdos en Argentina. Allí se firmaron acuerdos muy importantes para ambos países, sobre todo para el nuestro en el área de hidrocarburos, sanitaria y tecnológica.
En el momento de asumir sus palabras el presidente dominicano hizo un chiste diciendo que a todo argentino que venga al país recibirá clases de merengue gratis.
Esta peculiar propuesta que, posiblemente haya sido realizada de forma jocosa, generó muchas críticas en la opinión pública del país sudamericano.
La conductora del programa de Argentina Agarrá la Pala, Viviana Canosa, utilizó improperios o insultos al criticar el acuerdo de cooperación. Sobre todo, el de dar clases gratis de merengue a los argentinos que visiten la media isla.
La sociedad está vulnerada, está harta, se detuvieron la vida, se detuvieron los corazones, la gente se murió. Y ustedes se divierten que nos van a dar clases de merengue gratuititas, de merengue si vamos a la República Dominicana. ¿¡Por qué no se van a la m***da!? ¿¡Por qué no se van a la m***da todos!?, dijo la presentadora, visiblemente molesta.
Esta periodista es reconocida por ser parte de la extrema derecha en Argentina y es la principal crítica del gobierno de Alberto Fernández. Ha mantenido una línea crítica por la manera en como enfrentó el covid-19 y como se está conduciendo el país. Esto por un lado es entendible pues tiene una frustración con el gobierno de su país. Pero ¿Por qué han caído tan mal sus palabras?
El merengue es parte de la identidad del pueblo dominicano, declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Este ritmo musical nace con la Patria en 1844 y por eso para los dominicanos más que un ritmo es un sentimiento nacional.
Cuando a un país le tocan las fibras sensibles de su nacionalidad reacciona. Esta es la razón por la que el presidente dominicano ofrece, en modo de chiste, clases de merengue gratis.
Hay cosas que nos identifican y forman parte de nuestra identidad cultural como el merengue, el mangú, el sancocho. Son cosas que el dominicano añora, promueve y defiende desde cualquier litoral que se encuentre.
Posiblemente las palabras de esta periodista no fueran dirigidas a la República Dominicana, ni siquiera al presidente nuestro. Pero utilizó un momento solemne de un acuerdo tomando como referente algo que para el dominicano es sagrado.
Ojalá también ella se anime, ahora bien, es mejor que no escuche la expresión de venga pa que bailemos pegao porque el sentido no es tan literal.
Por: Francisco Tavárez, el Demócrata.
