Los estereotipos de belleza y la criminalidad de cuello blanco en la República Dominicana

La criminalidad en la República Dominicana revela un panorama complejo y alarmante. No hay un perfil criminal definido.
El caso de Jorge Luis Estrella, un modelo y delincuente, evidencia cómo los estereotipos de belleza pueden enmascarar la realidad. Es crucial reconocer que la delincuencia no distingue entre raza ni clase social.

Los padres han dejado de cuestionar el origen de los bienes materiales que adquieren sus hijos sin justificación laboral. La familia ha perdido su papel de corregir y vigilar. Esta cultura de complicidad se extiende a la sociedad, donde la doble moral permite que tanto los delincuentes de clase baja como los de cuello blanco sigan operando impunemente, ante la mirada indiferente de muchos y la complicidad de autoridades y líderes políticos.

El gobierno y los actores políticos no han cumplido con su deber de combatir el crimen de manera efectiva.

La corrupción y la impunidad son generalizadas, enviando un mensaje negativo a la sociedad. Las estadísticas muestran un aumento de la criminalidad en todos los estratos sociales, con casos de robos, fraudes y desfalcos económicos que minan la confianza en las instituciones.

Debemos exigir una respuesta contundente de todos los sectores. La sociedad necesita recuperar su integridad, promoviendo valores de honestidad y justicia. Sin una reacción inmediata y colectiva, las consecuencias serán irreparables.

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