Marileidy Paulino ganó medalla de plata y ha puesto vibrar el corazón de un país al ritmo de sus pasos. Así como sus pasos aceleraban con el objetivo claro de conseguir el oro para construirle la casa a su madre, así latía nuestra angustia.
Sin embargo, si bien nos alegró su segunda medalla de plata, al mismo tiempo nos alarma ver las condiciones de pobreza en que vive su familia.
Su madre, Anatalia Paulino, no tenía si quiera un televisor para ver a su hija competir y nos preguntamos ¿dónde veía ella carreras que le ilustraran cómo hacerlo?
Para ir a practicar su madre debía tomar el pasaje prestado y a veces no podía asistir por falta de dinero.
Dice su madre que a veces no tenía el pasaje completo y le decía al cobrador de guagua, que después se le daba. La historia es larga y difícil. A veces no tenía para desayunarse y compraba un paquete de galleta y una funda de agua.
Ya podrán ustedes imaginarse esto cuando la alimentación de un atleta de este nivel debe ser algo sumamente riguroso.
Es cabo de la Fuerza Aérea Dominicana, pero sabemos que en estas instituciones no ganan dinero suficiente. Es una práctica que se incluyan a los atletas de alto rendimiento a estas instituciones de donde reciben apoyo y entrenan en sus instalaciones.
Logró dos medallas de plata, una como relevo en el equipo de 4×400 y en términos personales en los 400 metros planos femenino.
Como nación debemos revisar nuestra política pública en el área de deportes, no se pueden tener atletas de alto rendimiento en esas condiciones de pobreza.
Las federaciones están prácticamente en el olvido y las atletas que logran llegar a esos niveles lo hacen por sus propios medios.
Estos jóvenes atesoran sueños que van acrisolando en un contexto de pobreza y desesperanza.
El trabajo con estos jóvenes debe empezar en la educación física de las escuelas como sucede en otros países que sus atletas salen de las universidades.
Incluso llama la atención que siendo Monte Plata una de las provincias más pobres del país se ha convertido en el principal bastión de medallas olímpicas.
El Estado debería asumir a Monte Planta y convertirla en cuna del atletismo y las diferentes prácticas deportivas.
No podemos seguir diciendo que nos llenan de orgullo cuando sus condiciones no han sido las mejores. Ese orgullo debe alimentarse creando las condiciones necesarias para que nuestras atletas puedan tener mejores resultados y representarnos con más pasión.
Por: Francisco Tavárez, el Demócrata.