En República Dominicana, miles de niños y niñas crecen rodeados de abusos en lugar de cuidado. En sus propios hogares, donde deberían sentirse seguros, enfrentan golpes, insultos y abandono emocional, según las denuncias que recibe a diario la Procuraduría General de la República.
Las estadísticas son tan alarmantes como desoladoras. Según el Consejo Nacional para la Niñez y la Adolescencia (CONANI), más del 60% de los casos de abuso infantil suceden dentro del núcleo familiar.
Padres y madres, en su rol de figuras de autoridad, utilizan el castigo físico y psicológico como forma de disciplina, ignorando las consecuencias devastadoras que esto genera.
La Procuraduría General ha recibido más de 10,000 denuncias de abuso sexual contra menores en los últimos cinco años y la UNICEF estima que alrededor de seis millones de niños, niñas y adolescentes sufren abusos severos, entre ellos abandono, maltrato físico y explotación.
Para la doctora Suleika Carvajal, el problema no solo radica en los actos de violencia, sino también en los roles desdibujados dentro de muchas familias dominicanas.
“El abuso infantil muchas veces se perpetúa por una confusión de autoridad y afecto, donde quienes deben proteger terminan siendo los agresores”, explica.
En un intento por encender una luz de conciencia en medio de esta oscuridad, CONANI organizó este viernes una parada artística como parte del mes de la prevención del abuso infantil. Una iniciativa para decirle a la sociedad que no se puede seguir normalizando el dolor de los más vulnerables.