Por Lauren Sepúlveda
SANTO DOMINGO.- Miles de ciudadanos se encuentran atrapados en una paradoja que parece no tener fin: pagar cifras desmesuradas por un servicio que no reciben de manera continua. En barrios y comunidades de todo el país, los apagones se han convertido en un invitado no deseado, haciendo acto de presencia durante prolongadas horas, día tras día.
Los cortes de electricidad, que en algunos casos pueden durar hasta 12 horas, son la norma, no la excepción. Mientras tanto, las facturas de electricidad parecen no reflejar esta realidad, manteniéndose elevadas e, incluso, incrementándose mes tras mes.
En una pequeña casa del sector Los Ríos en Santo Domingo, María Jiménez revisa su factura de electricidad con incredulidad. El monto, que supera los RD$4,000, la deja estupefacta. «No entiendo cómo es posible que nos cobren tanto cuando aquí casi nunca hay luz», comentó, señalando hacia la calle donde un grupo de vecinos se reúne, preocupados por la misma situación.
«Es una burla», dice Carlos Méndez, residente de Villa Mella. «Estoy pagando más de RD$5,000 al mes y casi todos los días tenemos apagones de ocho horas o más. No hay justificación para esto».
La frustración de Carlos resuena en las voces de otros usuarios que comparten sus quejas en redes sociales, en reuniones de vecinos, y en conversaciones diarias.
Ante la avalancha de críticas, las entidades responsables del suministro de energía eléctrica emitieron una serie de respuestas que fueron recibidas por la ciudadanía como excusas por el mal suministro del servicio.
Según la Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales (CDEEE), los apagones se deben a «mantenimientos programados» y «fallas técnicas imprevistas».
Sin embargo, estos argumentos no logran calmar la indignación de los usuarios, quienes exigen una explicación más coherente y, sobre todo, soluciones.
«Nos dicen que es por mantenimiento, pero ¿cómo es posible que los mantenimientos duren tanto y ocurran tan seguido?», cuestiona Ana Rodríguez, una comerciante que ha visto sus ventas disminuir debido a los constantes cortes de electricidad. «Mis clientes no pueden esperar horas para que vuelva la luz, y yo no puedo permitirme perder más dinero», lamenta.
Además de las quejas por la falta de servicio, los usuarios denuncian que los cobros no reflejan la realidad de su consumo.
«Es imposible que estemos gastando tanta energía cuando casi no hay luz», comenta Juan Pérez, un padre de familia que vive en Santiago. «Nos están cobrando por un servicio que no recibimos. Es como si nos estuvieran robando en nuestras propias casas».
Las justificaciones también mencionan problemas de generación y distribución de energía, atribuibles a «condiciones climáticas adversas» y a «fallas en las infraestructuras eléctricas». Sin embargo, estos argumentos parecen perder peso cuando se comparan con las cifras elevadas que los ciudadanos deben pagar cada mes.
Finalmente, en medio de esta crisis, el gobierno prometió realizar inversiones para mejorar la red eléctrica y garantizar un suministro más estable.