SANTO DOMINGO.- El reciente acontecimiento en torno a la destitución del Director Interino de Proindustria, Raymond Familia, por parte del Presidente Luis Abinader, es una clara señal de que la integridad y la transparencia son valores innegociables en la administración pública.
Desde su llegada al cargo interino en Proindustria, Raymond Familia parecía haberse extraviado en un laberinto de autoritarismo y opacidad. Su breve paso estuvo marcado por un comportamiento que distaba mucho de ser ejemplar, evidenciando una falta de respeto hacia los empleados, así como una toma de decisiones cuestionables que no se alineaban con los objetivos de desarrollo y competitividad industrial que debería promover esta institución.
Además, sus acciones incluyeron la elaboración de expedientes y la propagación de rumores infundados contra miembros de la prensa, desviándose así del camino de la transparencia y las buenas prácticas que se esperan en cualquier ente público.
La decisión del Presidente Abinader de no confirmar a Raymond Familia en su cargo envía un mensaje contundente no solo a él, sino a todos los funcionarios del gobierno. Es un recordatorio de que el servicio público debe regirse por principios éticos irrenunciables, y que aquellos que opten por transgredirlos enfrentarán las consecuencias de sus acciones.
Esperamos que esta lección sea aprendida no solo por los altos cargos como ministros y directores, sino también por todos aquellos que ocupan posiciones de liderazgo en la esfera política. La responsabilidad de servir al pueblo dominicano implica un compromiso con la verdad y la rectitud, y no debería ser mancillada por ambiciones personales o prácticas clientelistas.
Es en momentos como este que se reafirma la importancia de mantener los principios por encima de las fábulas, como bien señaló el periodista War Naud Bisonó. Asimismo, es imperativo que figuras políticas jóvenes como el Ministro de Trabajo, Luis Miguel De Camps, se mantengan firmes en sus convicciones y se abstengan de participar en maniobras nocivas para la institucionalidad del país.
Finalmente, hacemos un llamado al Presidente del Partido Revolucionario Moderno, José Paliza, para que tome medidas enérgicas contra aquellos dirigentes que desvirtúan los valores de nuestra democracia. La eliminación de prácticas clientelistas y el fomento de una cultura de transparencia son tareas que requieren el compromiso de todos los actores políticos.