En el día de ayer ocurrió una tragedia que definitivamente debe ponernos a reflexionar si somos una sociedad violenta y agresiva. Y preguntarnos ¿Qué nos está pasando?
En un lugar llamado Rico Hot Dog se encontraban el exdirector de la DNCD Félix Alburquerque y el comunicador Manuel Duncan ambos pasados de tragos.
Manuel se comía un Hot Dog y se le derramó un poco de Kétchup en la ropa y Alburquerque comenzó a reirse.
Duncan entendió que la risa era por lo que le había sucedido, se acercó a Alburquerque le pregunta por qué se está curando con él (burlarse). Y luego le propinó una bofetada.
(podríamos hacer un análisis sociológico de lo que significa en buen dominicano darle una galleta a un hombre y más si es militar. Un hombre soporta más una trompá que una galleta).
La cuestión es que entre ellos se armó una trifulca que en un primer momento no fue detenida por sus acompañantes. Alburquerque fue a su vehículo, buscó su arma de fuego, persiguió a Duncan y lo asesinó.
La razón por la que se produce el altercado podría ser banal. Y quizá un titular de la prensa pudiera decir «hombre mata a otro por una discusión por ketchup».
La gente diría «Oigan eso por lo que un hombre mata a otro», pero la cosa no es tan simple. Aquí juega un papel importante el tema de cómo estamos manejando nuestras emociones.
Aunque ambos estaban bajos los efectos del alcohol según se dice lo sucedido pudo evitarse. Pero nuestro yo machista es muy vulnerable e irritante que nos lleva a estallar por cualquier pequeña pendejada.
Incluso quizá cometa un atrevimiento al intentar analizar un hecho que evidentemente lo definió el calor del momento. No es lo mismo analizar en frío una actitud sin ser partícipes de los acontecimientos, pero en el ejercicio de la comunicación este es nuestro rol.
Y vuelvo a las preguntas iniciales ¿Qué nos está pasando? ¿Somos una sociedad violenta?
Por: Francisco Tavárez, el Demócrata.