SANTO DOMINGO. – En un ambiente de recogimiento, fe y compromiso social, la Arquidiócesis de Santo Domingo celebró este Viernes Santo, 17 de abril de 2025, el tradicional Sermón de las Siete Palabras, en la Catedral Primada de América, como parte de las conmemoraciones litúrgicas de la Semana Santa.
Durante la ceremonia, siete proclamadores —entre ellos sacerdotes, diáconos, una religiosa y una laica— guiaron a los presentes en la meditación sobre las últimas palabras de Jesucristo en la cruz, conectándolas con los desafíos actuales que enfrenta la sociedad dominicana. Transmitido por diversos medios tradicionales y digitales, el acto reunió a fieles de toda la Arquidiócesis, que acudieron a reflexionar sobre el dolor redentor de Cristo y su mensaje de esperanza y justicia.
Cada una de las siete palabras, extraídas de los Evangelios, fue proclamada y comentada desde una perspectiva espiritual, pero también con un enfoque en temas sociales urgentes como la violencia de género, la desigualdad económica, la deshumanización y el abandono.
Entre los participantes, el Rvdo. Padre Roberto Martínez reflexionó sobre el perdón, mientras que la hermana Carmen Dolores Ferrer abordó la frase “Todo está consumado”, vinculándola a los desafíos de la economía y la necesidad de una distribución justa de las riquezas. Por su parte, la laica Bárbara Suárez cerró el ciclo con una poderosa meditación sobre el femicidio y la violencia intrafamiliar, al proclamar la séptima palabra de Cristo.
El acto no solo fue un ejercicio de fe, sino también un llamado a la acción cristiana comprometida con la transformación de la realidad social, recordando que la cruz sigue siendo un espejo donde se reflejan los sufrimientos del pueblo y la necesidad urgente de justicia, paz y solidaridad.
Con más de tres siglos de historia, el Sermón de las Siete Palabras tiene sus orígenes en el siglo XVII, cuando el jesuita Francisco del Castillo, en Perú, predicó durante tres horas comparando el sacrificio de Cristo con el dolor de los oprimidos. Hoy, esta tradición permanece viva y actual, y en República Dominicana se mantiene como una de las expresiones más sentidas de la fe católica durante la Semana Mayor.