Evidentemente no hay condiciones para plantear una reforma fiscal en este momento. Son muchos los mandatarios que han insistido y las consecuencias ya se han dejado ver.
Nosotros en República Dominicana estamos debatiendo cómo mantener la economía a flote, a propósito de que el presidente ayer hizo un importante anuncio. Se implementará un programa para despachar las mercancías que llegan a Aduanas en menos de 24 horas. Esto es bastante alentador para las empresas importadoras en el país.
En ese mismo contexto habló de un aumento en la recaudación, más de 17 mil millones de pesos como parte de la contribución que hace Aduanas al presupuesto nacional. Esto a través de los impuestos y aranceles que cobra esta institución.
República Dominicana, en el año 2012, presentó al país una Estrategia Nacional de Desarrollo. Esta estrategia contempla tres pactos: Un pacto educativo, un pacto eléctrico y un pacto fiscal.
Significa que hace nueve años de esto y de los tres pactos solamente se ha firmado el Pacto Educativo en el año 2014. Significa que nos quedan pendientes los dos pactos cuyas discusiones se han iniciado, pero su complejidad no permite avanzar.
En estos pactos los puntos deben ser consensuados por los diferentes sectores que conforman el Consejo Económico y Social. Y las posiciones entre empresarios y grupos sindicales, hasta el momento, han sido casi irreconciliables.
Hacemos este preámbulo para que se entienda que el presidente tiene una justificación para una reforma fiscal, pero parece que tiene sentido de la historia.
Jorge Blanco se atrevió a realizar una reforma fiscal en medio de una crisis y en 1984 la gente se lanzó a las calles. De igual manera Hipólito Mejía intentó incluir lo que llamó el paquetazo y la historia es fue la misma.
Ahora bien, una reforma fiscal es necesaria y obligatoria pues, y esto es importante, nunca saldremos del atraso y subdesarrollo sin una verdadera reforma fiscal. ¿Por qué decimos una verdadera reforma? Pues porque, desde el año 2000 hasta la fecha el PLD realizó 8 pseudos reformas fiscales.
Son pseudo reformas por un elemento importante y es que las mismas han consistido en identificar nichos para aumentar impuestos. No han representado una actualización del sistema tributario del país.
El objetivo de una verdadera reforma fiscal no es solo recaudar más impuestos. Debe ajustar el sistema tributario y el gasto público para que puedan generar verdadero desarrollo.
Los ciudadanos pagamos impuestos para que el Estado pueda proveernos de buenos servicios básicos y de calidad. Sin embargo esta no ha sido la experiencia.
La reforma deberá llegar en algún momento y cuando llegue haremos sugerencias que ayuden a formular más que una reforma un instrumento de desarrollo.
Por: Francisco Tavárez, el Demócrata.