En el Museo Memorial del Holocausto de los Estados Unidos está grabado este poema:
«Primero vinieron por los socialistas,
y yo no dije nada, porque yo no era socialista.
Luego vinieron por los sindicalistas,
y yo no dije nada, porque yo no era sindicalista.
Luego vinieron por los judíos,
y yo no dije nada, porque yo no era judío.
Luego vinieron por mí,
y no quedó nadie para hablar por mí»
El autor fue el pastor luterano alemán Martin Niemöller (1892-1984). Y fue dirigido como una flecha al corazón de los intelectuales alemanes, cuya cobardía entre otros factores permitió la llegada de los nazis al poder.
Hago este preámbulo porque en esta ocasión quiero solidarizarme con mi amiga periodista y escritora puertorriqueña Sandra Rodríguez Cotto. Sandra ha dedicado todo su ejercicio profesional al periodismo de investigación en Puerto Rico y últimamente ha sido blanco de una campaña agresiva en su contra.
Las amenazas y la larga campaña de desprestigio en su contra muestran un clima de hostilidad que amenaza su integridad como persona.
Desde 2017, Sandra ha sido objeto de múltiples agresiones, acoso, hostigamiento público y campañas que siguen un patrón. Campañas que intentan crear discursos de odio en redes sociales y medios públicos para desvirtuar tanto el trabajo de Rodríguez como el de otros periodistas. Sobre todo, los que se dedican a realizar trabajos de investigación en Puerto Rico que trabajan temas sobre corrupción, recursos públicos y construcciones ilegales contra el medio ambiente.
«La violencia de género, racial y de otra índole, dirigida a dañar la reputación, la credibilidad y el trabajo de los periodistas, exige una acción urgente. Pero también una acción sistemática por parte del gobierno de Puerto Rico para proteger a los trabajadores de los medios de comunicación en la isla.
Entre el 21 de junio y el 28 de julio de 2022, en una nueva oleada de acoso, se hizo pública la dirección de Sandra. Figuras públicas de Puerto Rico promovieron el uso de lenguaje racista y llamamientos a acciones violentas contra ella y su familia. Entre otras cosas, se pidió que se dañaran sus propiedades, lo que podría poner a la periodista y a su familia en grave peligro.
El 21 de julio, se le envió una advertencia a Sandra Rodríguez de una demanda judicial por parte de una exfuncionaria pública. El objetivo era intimidarla y silenciar sus investigaciones. Pero la supuesta demanda resultó ser falsa.
El Centro PEN Puerto Rico denunció hace poco más de un mes el acoso, maltrato y humillación que ha experimentado la destacada escritora Sandra Rodríguez Cotto. No es tolerable ni aceptable que una persona que se levanta todos los días a escribir de forma seria y responsables, sea expuesta de esta manera.
Contra ella se ha orquestado una campaña de destrucción mediática, que no responde a ningún principio de periodismo investigativo. La práctica de acosar a la escritora Rodríguez Cotto, raya ya en un acto de persecución política. Con las consecuencias nefastas para la libertad de expresión e información en el país, declaró Daniel Nina, presidente del PEN de Puerto Rico Internacional.
Desde el Demócrata queremos solidarizarnos con Sandra y decirle que no está sola en esta batalla. Ella cuenta con nuestro apoyo y con todos los medios que poseemos a nuestro favor. No queremos que mañana vengan por nosotros y no haya nadie que pueda hablar.
Por: Francisco Tavárez, el Demócrata.