Por Francisco Tavárez
La posición de los partidos de oposición y Gobierno debe ser cónsona con estos intereses
A los dominicanos nos duele nuestra tierra. No es una frase vacía, es una verdad que se respira en cada rincón de la patria. Somos un pueblo que ha demostrado, una y otra vez, que no se doblega, que no se vende, que no se rinde. Lo hicimos ayer, cuando se luchó con piedras y machetes por la libertad; lo hacemos hoy, con dignidad y determinación, en defensa de nuestra soberanía.
Ser nacionalista no es sinónimo de odio, ni de intolerancia, ni de exclusión. Ser nacionalista es amar lo propio, proteger lo que con tanto sacrificio se ha construido, y rechazar cualquier intento de debilitamiento de nuestras instituciones, fronteras o identidad. Es tener claro que antes que intereses partidistas o diplomáticos está la República Dominicana.
Por eso, la posición del Gobierno y de los partidos de oposición debe estar alineada con el interés nacional. No puede haber titubeos, cálculos electorales ni discursos ambiguos cuando se trata del país. Defender la nación no puede ser motivo de vergüenza en foros internacionales, ni debe ser aplastado por agendas ajenas que desconocen nuestra historia y realidad.
Este es un llamado a todos los sectores: políticos, empresariales, sociales, religiosos y culturales. Es momento de unidad en lo esencial. La patria no se negocia. La patria se respeta. La patria se defiende.
¡Primero muertos que entregar la patria!
