Por: Yojanny Hernández.
El polo turístico de Bávaro-Punta Cana se ha convertido en un «Pequeño Haití», debido a la enorme cantidad de inmigrantes haitianos que han arrabalizado este territorio.
Cada día, entre las 5:00 y 7:00 de la mañana, decenas de haitianos salen de los arbustos que están alrededor de las calles y caminan por las aceras en espera de los camiones que los trasladan como sardinas enlatadas hacia sus lugares de trabajo.
Muchos integrantes de la turba de haitianos emprenden la huida ante la llegada de los agentes de migración, que persiguen a los habitantes de la vecina isla al estilo de «Rápido y Furioso», por lo que tienen que escabullirse entre los matorrales, saltar verjas, cruzar las calles con vehículos en movimiento y algunos hasta enfrentan a las autoridades con piedras y palos.
Ante esta proliferación de indocumentados, algunos dominicanos residentes en la zona dijeron que Bávaro es un pueblo de haitianos y que falta muy poco para tener una «provincia haitiana en República Dominicana».
Los ciudadanos externaron que las autoridades tienen una mafia con los haitianos, y que migración les cobra hasta 15,000 pesos para dejarlos libres.
Tanto Bávaro como todo el entorno de Higüey han sido invadidos por haitianos que llegan a estas zonas atraídos por los empleos, la salud y la educación.
