Puerto Príncipe.- Frente a la crisis de seguridad en Haití, el Gobierno decretó este viernes el estado de emergencia durante un período de tres meses en todo el territorio nacional, como parte de una ofensiva institucional para contener el avance de las poderosas bandas armadas que controlan amplias zonas del país.
En un comunicado divulgado a través de redes sociales, las autoridades justificaron una medida excepcional al señalar que “la magnitud de la situación exige una gran movilización de los recursos y medios del Estado”, tanto para proteger a la población como para salvaguardar los sectores estratégicos de la economía.
El estado de emergencia se inscribe dentro de un paquete de siete medidas aprobadas en el Consejo de Ministros, encabezado por el presidente del Consejo Presidencial de Transición, Fritz Alphonse Jean, y el primer ministro interino, Alix Didier Fils-Aimé.
Entre las disposiciones adoptadas destaca también la creación de la Agencia Nacional de Seguridad (ANS), organismo que concentrará las funciones de inteligencia, contrainteligencia y análisis estratégico en materia de seguridad nacional.
Según un informe reciente de la Oficina Integrada de las Naciones Unidas en Haití (BINUH), solo en el primer trimestre del 2025 fueron asesinadas 1,617 personas y otras 580 resultaron heridas, como resultado de ataques perpetrados por pandillas, grupos de autodefensa, civiles armados y, en algunos casos, fuerzas del orden.
Además, el informe detalla que se registraron 161 secuestros y al menos 80 ejecuciones extrajudiciales, presuntamente cometidas por agentes estatales, lo que pone en evidencia la debilidad institucional para hacer frente al desbordamiento de violencia.
En una acción paralela, el Departamento de Estado de los Estados Unidos designó este viernes como organizaciones terroristas a dos de las principales estructuras criminales de Haití: la coalición Viv Ansanm y la pandilla Gran Grif.
El estado de emergencia busca dotar al gobierno de mayores herramientas para intervenir en zonas conflictivas, aunque expertos advierten que sin una estrategia de seguridad integral y el respaldo de una fuerza multinacional efectiva, la violencia podría seguir escalando.