Home » Ultimas Noticias » La encrucijada migratoria: entre la hospitalidad y la necesidad de control

La encrucijada migratoria: entre la hospitalidad y la necesidad de control

por La redacción

Por Francisco Tavárez

La República Dominicana ha recibido a miles de ciudadanos haitianos a lo largo de décadas, brindándoles cobijo, empleo, salud y educación. Sin embargo, la situación actual nos enfrenta a una realidad ineludible: es momento de que estos migrantes regresen a su país. No se trata de una simple opción, sino de una necesidad, impulsada tanto por la incapacidad del gobierno haitiano para ofrecerles lo mínimo, como por los crecientes desafíos que enfrenta nuestro país.

Durante años, la mano de obra haitiana ha sido fundamental en sectores como la agricultura y la construcción. La imagen de migrantes cortando caña de azúcar o recogiendo hortalizas se ha convertido en parte del imaginario colectivo dominicano. Pero, ¿realmente dependemos aún de esta fuerza laboral? Un importante medio digital, Haití en español, ha señalado que «el Estado dominicano ya no los necesita para cortar sus cañas ni recoger sus hortalizas». Esta afirmación refleja un creciente rechazo a la idea de que la economía dominicana está atada a la mano de obra haitiana.

La realidad económica ha cambiado. Con una mayor tecnificación en los campos agrícolas y una fuerza laboral dominicana que busca nuevas oportunidades, la dependencia de los trabajadores haitianos ha disminuido. Sin embargo, esto no quiere decir que el problema esté resuelto. La migración haitiana no es solo un asunto laboral; es una cuestión de derechos humanos, seguridad nacional y relaciones internacionales.

En los últimos meses, el gobierno dominicano ha intensificado los operativos migratorios y las repatriaciones. Estos esfuerzos coinciden con el cierre de la frontera debido a la construcción de un canal en el río Masacre y el refuerzo de los controles fronterizos. No obstante, el panorama en Haití sigue siendo sombrío: un Estado fallido, sin capacidad para garantizar las condiciones más básicas para sus ciudadanos. Ante esta realidad, ¿cómo esperar que los haitianos respondan voluntariamente al llamado de «volver a casa»?

Si bien es comprensible que la República Dominicana deba velar por sus intereses, el retorno masivo de haitianos no es una solución viable en el corto plazo. Haití no está en condiciones de recibirlos ni de ofrecerles las oportunidades necesarias para subsistir. Forzar la salida de estos migrantes solo perpetuará el ciclo de desesperación y pobreza que caracteriza la situación de muchos de ellos.

Por otra parte, la creciente presión para expulsar a los inmigrantes haitianos corre el riesgo de profundizar la polarización social. El debate sobre la inmigración no puede ser simplificado en términos de «ellos» contra «nosotros». La República Dominicana tiene el derecho y la obligación de regular su flujo migratorio. ¿Responderán los haitianos a este llamado y volverán a su patria voluntariamente?

También le puede interesar

El Demócrata Multimedia es una plataforma de análisis social y político, única en su género a nivel de República Dominicana y la región, inspirada en los valores de la libertad de expresión, la independencia y la credibilidad como ejes fundamentales de nuestro proyecto.

Boletín de noticias

Suscríbete a mi Newsletter para recibir nuevos posts, consejos y fotos. ¡Mantengámonos al día!

Últimas Noticias