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Por Francisco Tavárez
En los próximos días, el Consejo Nacional de la Magistratura, encabezado por el presidente Luis Abinader, tomará una de las decisiones más trascendentales para el futuro de la justicia en la República Dominicana: la designación del nuevo titular de la Procuraduría General de la República y sus procuradores adjuntos. Este proceso no solo implica la elección de nombres, sino también un mensaje sobre el compromiso del Estado con la independencia y la efectividad del Ministerio Público.
En este contexto, resulta inevitable reflexionar sobre el papel que ha desempeñado Yeni Berenice Reynoso durante los últimos cuatro años. Su trabajo como procuradora adjunta ha sido un ejemplo de dedicación y valentía. Ha encabezado casos emblemáticos, enfrentado estructuras corruptas y asumido con firmeza el costo personal y profesional que conlleva la lucha contra la impunidad.
¿Qué mensaje se envía si no es elegida?
Aunque no es obligatorio que Yeni Berenice sea la próxima procuradora general, su exclusión podría interpretarse como un retroceso o una falta de reconocimiento al esfuerzo y resultados tangibles obtenidos bajo su liderazgo. Su perfil combina las cualidades esenciales para el cargo: integridad, valentía y conocimiento profundo del sistema judicial.
El país ha sido testigo de su compromiso incansable, incluso en medio de desafíos personales. En un sistema judicial históricamente cuestionado, Yeni representa una figura que no negocia con la justicia ni cede ante presiones políticas o económicas. Es, en esencia, la imagen de un Ministerio Público independiente, lo que paradójicamente también podría ser percibido como «su único riesgo».
Una decisión con impacto a largo plazo
La elección del próximo procurador general no puede ser vista como un simple trámite burocrático. Más allá de los requisitos legales, se trata de enviar un mensaje claro sobre el rumbo de la justicia en el país. Optar por una figura que inspire confianza, no solo en el sistema judicial, sino también en la ciudadanía, es crucial para consolidar los avances logrados en los últimos años.
Si se valora el mérito, la dedicación y los resultados, Yeni Berenice debería ser la opción natural. No se trata de favoritismos, sino de reconocer quién ha demostrado con hechos estar a la altura del desafío.
El presidente Abinader y el Consejo Nacional de la Magistratura tienen ante sí una oportunidad histórica de fortalecer la credibilidad del Ministerio Público y ratificar su compromiso con la lucha contra la corrupción. La elección que hagan será evaluada no solo por su impacto inmediato, sino también por lo que simboliza para el futuro de la justicia dominicana.
