En el año 2018 el entonces Ministro de Educación Andrés Navarro hizo la convocatoria para el concurso de oposición docente. En ese tiempo hubo quejas de los maestros que participaron alegando que en el sistema existía cierta predeterminación con la escogencia incluso alegaron fraude.
Ese concurso pasó a la historia por el descontento magisterial, pero también por la inmensa cantidad que reprobó el examen. A raíz de esa experiencia se generó un debate en el país buscando las posibles razones de por qué un profesional reprueba un examen del área que estudió.
En primer lugar se dijo que no había una relación entre lo que enseñaban las universidades y el currículo educativo. Esto era muy delicado porque estábamos valorando que las universidades están formando profesionales de espaldas a lo que plantea el Ministerio.
La cuestión es que se hizo un llamado a nuevo concurso de oposición y más de un 60% reprobó.
En la actual gestión el Ministro de Educación llamó a un nuevo concurso de oposición y se inscribieron 71,514 postulantes.
De acuerdo con un documento de la Dirección de Recursos Humanos de la institución se necesitan 6,055 maestros de educación primaria. 2,275 maestros de lenguas extranjeras, 1,525 de educación física y 1,483 de nivel Inicial.
También en secundaria se necesitan 1,454 profesores de ciencias Naturales, 1,359 de matemáticas, 1,268 de Lengua Española y 1,063 de Ciencias Sociales.
Para educación especial se necesitan 392 profesores, 1,330 orientadores y 977 directores de escuelas para las 18 regionales de Educación en el país.
Otra vez se repite la misma historia: la mayoría ha reprobado el concurso y esto nos ha llevado a preguntarnos ¿quién está educando al pueblo?
Los que han reprobado alegan que en la elaboración de las pruebas se integran contenidos que ellos desconocen. Además de los fallos en la tecnología, pero lo realmente grave es lo primero.
Nos preguntamos ¿quién está educando al pueblo?, porque la mayoría de docentes que participan en este concurso ya han tenido experiencia en aulas. Muchos vienen de colegios privados con muy buena valoración, otros del sector público que han estado trabajando como maestros contratados.
A decir de algunos que han expresado sus quejas ellos son profesionales muy bien valorados en los centros educativos donde laboran. De ser esto cierto no debería suceder que asistan a un concurso de su carrera y reprueben.
Es evidente que si tenemos maestros y maestras que no poseen las competencias necesarias para ejercer su carrera no tendremos buenos profesionales. Se debe hacer una evaluación profunda sobre las razones que expliquen esta situación para que no tengamos que preguntarnos ¿quién está educando al pueblo?
Más bien podamos decir con certeza, qué buena educación tiene el pueblo, que por cierto siempre aparecemos en los últimos lugares.
Por: Francisco Tavárez, el Demócrata.