Por Francisco Tavárez
Un año ha pasado desde que surgió el escándalo en el Instituto Nacional de Tránsito y Transporte Terrestre (Intrant), y seguimos sin obtener respuestas claras. La sombra del presunto fraude multimillonario aún pesa sobre la institución, y lo que es más preocupante, sobre el país. El silencio en torno a este caso no solo genera dudas, sino que también erosiona la confianza en nuestras instituciones y en la justicia.
El Ministerio Público ha demostrado en otros casos que puede actuar con firmeza contra la corrupción. Entonces, ¿por qué no se ha investigado a fondo este escándalo? ¿Por qué no se ha aclarado el papel de Hugo Beras, quien dirigía el Intrant en el momento en que ocurrieron estos hechos?
Si Hugo Beras no tiene nada que ver con el presunto fraude, entonces lo justo es que se aclare todo, que se disipe cualquier duda. No podemos permitir que este caso se convierta en un ejemplo más de protección e impunidad. Es nuestra responsabilidad como sociedad reclamar que se investigue a fondo y que haya consecuencias para quienes estén involucrados, sin importar su posición o influencia.
La lucha contra la corrupción debe ser firme y sin excepciones. No podemos permitir que el tiempo diluya la importancia de este caso. La justicia debe ser igual para todos, y en este caso, la sociedad dominicana merece respuestas y, sobre todo, acciones concretas.
Exijamos claridad, exijamos justicia.
