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Por Francisco Tavárez
El reciente nombramiento de Yeni Berenice Reynoso como Procuradora General de la República marca un hito importante en la lucha contra la corrupción y la búsqueda de una justicia más transparente en la República Dominicana. La elección, respaldada unánimemente por el Consejo Nacional de la Magistratura (CNM) y propuesta por el presidente Luis Abinader, refleja no solo una decisión política, sino también el reconocimiento a una carrera intachable, construida a base de esfuerzo, determinación y una férrea convicción por la verdad.
A lo largo de su carrera, Reynoso ha demostrado ser una mujer comprometida con el bienestar de su país, desafiando adversidades y superando obstáculos. Desde sus primeros pasos como abogada hasta su ascenso a puestos claves en el sistema judicial, ha sabido ganarse el respeto y la admiración de quienes la rodean. Su destacada labor en la lucha contra la corrupción, así como su incansable trabajo para erradicar la trata de personas, han sido piezas fundamentales de su legado, posicionándola como una figura ejemplar de la justicia dominicana.
Es esencial reconocer que su designación no fue un simple favor político, sino el resultado de años de trabajo arduo, méritos propios y un profundo conocimiento del sistema judicial. Si bien su nombramiento proviene de una decisión del presidente Abinader, lo cierto es que la capacidad y la trayectoria de Reynoso hablan por sí solas. La etiqueta de “Fiscal de Hierro” no es un apodo vacío, sino el reflejo de su incansable lucha por la justicia, sin importar las presiones o desafíos.
El nombramiento de Reynoso también es una señal clara de que la independencia del poder judicial sigue siendo un tema prioritario en la agenda política del país. En un contexto donde la transparencia y la rendición de cuentas son fundamentales, la designación de una profesional de su talla es una muestra de confianza en la capacidad de las instituciones para generar cambios significativos. Este paso también implica un compromiso con la ética y la legalidad, pilares que deben guiar el trabajo de la Procuraduría General.
Es necesario que la sociedad siga apoyando esta nueva etapa en la Procuraduría General, confiando en que Yeni Berenice Reynoso continuará impulsando la lucha por un sistema judicial más justo y libre de corrupción. La tarea no será fácil, pero la trayectoria de Reynoso, llena de valentía y determinación, promete ser un faro de esperanza para los ciudadanos que anhelan una justicia auténtica y sin ataduras.
En conclusión, este nombramiento no es solo un triunfo personal para Yeni Berenice Reynoso, sino también un avance significativo para la República Dominicana. Un paso más hacia una nación donde la justicia prevalezca, y la corrupción no tenga espacio. La independencia y la determinación que caracteriza a la nueva Procuradora General son la base sobre la que se puede construir un futuro más prometedor para todos.
